Vecinos se manifestarán para pedir seguridad en Pozo Alcón

Crece la tensión en Pozo Alcón por la llegada masiva de inmigrantes de origen norteafricano en busca de un tajo en la aceituna. Los ciudadanos han resuelto decir “basta” y convocar una manifestación para protestar por lo que consideran una situación insostenible tras los casos que se han dado de ocupación ilícita de domicilios abandonados por parte de algunos de estos extranjeros. Será este viernes, a partir de las ocho de la tarde, cuando se escriba un nuevo capítulo de esta historia cuyo inicio se remonta a los últimos días de noviembre. Este periódico se hizo eco entonces de la convocatoria municipal a una reunión informativa que se dirigió en especial a agricultores, pero que estuvo abierta a toda la ciudadanía. En la misma se aconsejó a los agricultores locales que no contaran en sus tajos con los servicios de extranjeros que se encontraran en situación irregular en el país para no correr el riesgo de recibir sanciones; además, se anunció que se reforzaría la seguridad en el municipio, una medida que se puso en marcha unas dos semanas después, tras alcanzarse un acuerdo entre el Ayuntamiento, la Subdelegación del Gobierno y la Guardia Civil para contar en el municipio con varias patrullas diarias de la Benemérita. A estas se unirán agentes de la Policía Local de Granada y Córdoba durante estas fechas, tal y como se trasladó ayer desde el Ayuntamiento poceño en un comunicado, en el que también anunció la convocatoria de 5 plazas de policía local. Cabe mencionar que Pozo Alcón sólo cuenta con dos agentes tras la jubilación, este año, de 3 de los que integraban el Cuerpo. Por último, se explica que los responsables municipales están proporcionando billetes de autobús a aquellos inmigrantes que se encuentran en el pueblo “sin trabajo y sin recursos” y se destaca que Pozo Alcón “no es ningún municipio de acogida, ni lo ha sido nunca”.

En noviembre, el alcalde poceño, Iván Cruz, reconoció a Diario JAÉN que, aunque no se había recibido en el Ayuntamiento ninguna queja formal, la tensión en el ambiente por la presencia de extranjeros era evidente. Cruz habló de que el número de norteafricanos sin documentación en la población se encontraba entre 150 y 200, es decir, una cantidad similar a la de años anteriores, pero hay quien habla de que son casi 300 los inmigrantes desplazados. El perfil de los mismos es el habitual de los que acuden cada año por estas fechas a cualquier pueblo jiennense: hombres jóvenes de origen argelino y marroquí, principalmente. Sin embargo, en la población poceña destaca en esta ocasión la llegada de personas que nunca antes habían pasado por el municipio y que tampoco tienen experiencia trabajando en la aceituna. Y es que el de Pozo Alcón parece, en este sentido, el caso de la pescadilla que se muerde la cola. Según indican varias fuentes a este periódico, son bastante abundantes los casos de contrataciones de “simpapeles” en el pueblo, una circunstancia que, poco a poco, ha provocado un efecto llamada que, finalmente, ha dado lugar a la situación actual. Dos son los puntos locales en los se concentran los inmigrantes, a saber, el entorno de una de las salidas del municipio, donde esperan durante la mañana la llegada de dueños de fincas agrícolas para conseguir trabajo, y la Plaza del Ayuntamiento, un espacio en el que se concentra buena parte de la actividad diaria poceña.

Precisamente en ese perfil encajaba el marroquí de 31 años cuyo cuerpo, junto a otro temporero extranjero, fue abandonado sin vida a las puertas del centro de salud de Pozo Alcón. El hinojariense dueño de una explotación agrícola que los había “reclutado” el pasado sábado para trabajar fue quien los trasladó hasta allí antes de darse a la fuga. De momento, no han trascendido más detalles de la investigación, si bien las primeras hipótesis apuntan que el hombre pudo haber sufrido un infarto mientras trabajaba. El vecino de Hinojares fue detenido y puesto en libertad con cargos.

Hoy, a las 12:30 horas y a las puertas de la Subdelegación del Gobierno, se manifestarán integrantes de CC OO y UGT ante lo que consideran una violación “inaceptable” de los derechos laborales. Desde los sindicatos, además, se incide en la “gravedad” de que en Pozo Alcón pueda haber un punto “tan normalizado” de contrataciones ilegales.