Vea cómo se aplica el abono orgánico fabricado en Mancha Real

Las instalaciones, con un coste de 600.000 euros, generan cinco empleos

05 jun 2022 / 16:51 H.
Ver comentarios

Un ejemplo de sistema circular vinculado con el olivar. Mancha Real ya cuenta con una planta de compostaje. Se trata de una iniciativa particular impulsada por Almazara Cruz de Esteban a partir de un convenio con la Universidad de Jaén, en una investigación dirigida por el profesor del área de Ingeniería Química Sebastián Sánchez Villasclaras. La iniciativa consiste en generar abono orgánico a partir, principalmente de subproductos del principal cultivo de la provincia.

El gerente de la empresa mancharrealeña, Miguel Ángel Espinosa, explica a Diario JAÉN que el proceso consiste en mezcla tres elementos. Por un lado, orujo, por otro hoja de olivo y, en tercer lugar, estiércol procedente de una vaquería cercana. La materia resultante se somete al un proceso de fermentación y de maduración, con alrededor de cuatro meses de duración total. Se emplea alpechín para regar con aguas de lavado y aportar humedad.

La infraestructura cuenta con capacidad para procesar dos millones de kilos de materia prima, de la que se obtiene en torno a un millón de abono orgánico, ya que en el tratamiento se produce una acusada deshidratación. Sin embargo, Espinosa detalla que se estudia la posibilidad de implantar dos tandas, los que supondría duplicar la producción.

De acuerdo por los datos aportados por el responsable, la inversión ronda los 600.000 euros. Las dependencias se extienden por una superficie de unos 13.000 metros cuadrados. La iniciativa supone, de acuerdo con Miguel Ángel Espinosa, la creación de un puesto de trabajo fijo y cuatro con carácter eventual. Afirma que actualmente en la provincia solo existe una planta similar en Valdepeñas de Jaén.

El abono resultante es apto para fertilizar, especialmente para hacer aportes en suelo con poca materia orgánica. Incluso es aplicable en plantaciones ecológicas de almendro u olivos. Una de las ventajas, refiere Espinosa, radica en el aprovechamiento de unos subproductos que resultan muy abundantes, a la vez que se genera un artículo que no abunda actualmente en los mercados. Según él, entre las virtualidades del fertilizante natural se encuentra el desbloqueo de nutrientes existente en fincas. El contenido, con una textura esponjosa, es alto en nitrógeno, elemento químico que presenta una relación óptima con el carbono. A lo largo de todo el proceso se realizan varios análisis químicos, con el fin de hacer un seguimiento exhaustivo de la composición exacta tanto de las materias primas que llegan como del abono final. En principio, la cantidad recomendada por hectárea se sitúa entre cinco y diez toneladas, en función de la situación concreta y de la riqueza del abono.

El olivar genera ingentes cantidades de subproductos y materia orgánica que aún no se aprovechan. Uno de los usos posibles es la elaboración de biodiésel.

Provincia