Valdepeñas de Jaén en el marco de su Cristo

Pasajes del día grande con la procesión del Señor de Chircales

02 sep 2022 / 20:11 H.
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Es emocionante ver la calle Bahondillo repleta de fieles, donde los vivas al Señor de Chircales son continuos, las miradas al Cristo a su paso son profundas, las mejillas se llenan de lágrimas de emoción, de súplica, de agradecimiento. Mayores y adultos trasmiten su fe a los jóvenes y niños solo con el gesto, solo con la mirada. Y este año la procesión es todavía más importante si cabe. De por sí, este día es uno de los más grandes y esperados en el municipio y, tras dos años de pandemia, lo es todavía con mayores motivos y razones. Ciertamente, el Cristo de Chircales es una imagen que fascina y atrae. Son muchos los ojos que se fijan en ella cuando recorre las calles del pueblo, los primeros días de septiembre, y en su estancia en el templo parroquial o en su ermita.

Llama la atención el juego de miradas que se establece entre el Señor de Chircales y su gente. En quienes le miran, se puede fácilmente adivinar el deseo de ser alcanzados por sus ojos. Son miradas que rezan y que expresan amor y confianza. Con la mirada del Cristo de Chircales se cruzan los ojos agradecidos de quienes viven su cercanía, la mirada inquieta y enamorada de los jóvenes, la mirada transparente de los niños, los ojos cansados de los ancianos... En él se clavan los ojos del triste, del fracasado, o de quien está perdido o desorientado. Ante esta imagen se llenan de lágrimas los ojos del enfermo, de quienes están fatigados por la dureza de vida o nublados por la falta de horizontes. Bajo su mirada muchos experimentan todo tipo de sentimientos: serenidad, aliento, paz, armonía, luz, esperanza...

Esta procesión es, además, una tradición que sigue con el paso de los años y que busca también que llegue a los más jóvenes para que la misma se mantenga y sean las nuevas generaciones las que comprendan la fuerza y potencia de esta imagen que, a su paso por las calles de Valdepeñas de Jaén, logra enmudecer a los presentes y que el silencio sea el absoluto protagonista, con persona de los vivas y algunos momentos de mayor alborozo debido a la alegría que supone volver a ver al Cristo de Chircales por las calles en los días más grandes. El vídeo recoge parte de estas señas de identidad de la tradición.

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