Vadillo Castril: unos vecinos que tienen madera para celebrar su mejor festividad

Tras el cese de la explotación forestal a finales de la década de 1980, la pedanía de la Sierra de Cazorla perdió a la mayor parte de su población

12 ago 2024 / 20:48 H.
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A mediados del siglo XX, Cazorla aprovechaba parte de su gran extensión de vegetación para la explotación maderera. La entidad de trenes Renfe era la gestora de dicha actividad, con el objetivo de construir traviesas para la red de ferrocarriles. El lugar principal de la sierra donde se llevaba a cabo esto era la pedanía de Vadillo Castril, situada en la parte nororiental de la comarca. Sin embargo, la actividad cesó durante la década de los años 80. En la actualidad, en la pedanía se encuentra el Centro de Capacitación y Experimentación Forestal. Además de la institución, en el lugar aún habitan algunos vecinos. La cifra actual contrasta mucho con la de los días en los que la serrería estaba activo, pues el lugar era un hervidero de gente. Contaban con una cantina e incluso una tienda de ultramarinos. Por obvias razones, al desaparecer la explotación forestal, esto cambió. Pero hay épocas en la que muchos regresan a Vadillo Castril y es durante la celebración de sus fiestas, las cuales este año han tenido lugar del 9 al 11 de agosto.

Aunque Vadillo Castril sea pequeño, su programa de actividades no lo es para nada. Durante las jornadas, tienen lugar las Olimpiadas Serranas con diferentes deportes típicos de la zona, como petanca, truque o los tan típicos bolos serranos. Puede que en la sierra haga un poco más de fresco pero, cuando el calor aprieta, en las horas centrales del día, se agradece toda la ayuda posible. Por ello, también se cuenta con fiesta de la espuma, la cual incluye también hinchables. Tampoco falta el acompañamiento musical, gracias a grupos y artistas como The Freedom Band, Ruta 80 o Viola Cazorlensis, que ponen el ritmo.

Cabe destacar que Vadillo Castril realiza estas festividades sin tener en el eje a ningún santo o virgen. Únicamente, el deseo de volver a reunirse, es lo que hace falta a sus vecinos, y aquellos que emigraron en su día, para regresar a las calles que pisaban, a diario. Unas fiestas que resultan importantes, al ayudar a que no caiga en el olvido y dibuje más de una sonrisa en las caras de sus vecinos quienes por instantes no tienen que recordar tiempos mejores, pues los viven. Hablar del Jaén desconocido es ahondar aún más en el Jaén siempre rural, porque si a veces no sabemos de la existencia de nuestros propios municipios, menos aún de aldeas recónditas.




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