Unas fiestas con tradición taurina

Castellar celebra sus típicos encierros y novilladas en sus festejos patronales

14 ago 2019 / 11:17 H.

Castellar está plenamente inmersa en su tradicional feria, que se desarrolla desde el 10 hasta el 15 de agosto. Unos festejos en honor de Nuestra Señora de la Consolación, donde el toro y los distintos espectáculos taurinos toman, como es costumbre, un papel fundamental en el grueso de las celebraciones, como así lo demuestra su programa oficial.

Los encierros y las novilladas son el eje que vertebra estos festejos, que desde hace décadas vienen celebrándose en agosto, para posibilitar que los castellariegos que residen en otras provincias puedan reunirse con sus paisanos y familiares en torno al disfrute de sus fiestas patronales.

De esta forma, no son pocos los visitantes desplazados desde pueblos limítrofes para asistir a estas emocionantes actividades. Los encierros tienen lugar durante esta semana, a las 10:30 horas, a lo largo de la Calle San Benito. Por la tarde, los castellariegos vuelven a tener una cita con el toro, a las 19:00 horas. En esta ocasión, con las novilladas sin picadores, contando con entre 4 y 6 reses bravos que llenan de adrenalina y acción las calles del pueblo.

Mañana jueves, 15 de agosto, se vivirán los últimos encierros y, por la tarde, la feria culminará con el festejo de rejones, con 4 novillos destinados a despedir esta tradición tan taurina.

Además, el programa de fiestas también abarca la tradicional verbena, celebrada en la Glorieta, donde los vecinos se reúnen para disfrutar de la mejor música y comida en compañía.

Por otra parte, el gran patrimonio de Castellar invita a los foráneos que se acercan por vez primera a los festejos a completar la ruta cultural con la visita a los museos que posee el municipio, como el Museo Arqueológico.

Los días 7 y 8 de septiembre los castellariegos retomarán los festejos para celebrar la Romería de Nuestra Señora de la Consolación. Unas jornadas señaladas en las que las calles, bares, hoteles y cafeterías del pueblo se volverán a llenar de vida. Sin duda, momentos de especial fervor que los castellariegos aguardan con ilusión.