Una Virgen que aúna devoción

Los bañuscos acompañan a su patrona por las calles del casco histórico

20 sep 2018 / 12:06 H.

La Virgen de la Encina volvió a aunar en torno a su imagen la devoción de un pueblo, Baños de la Encina. La patrona fue sacada en procesión, desde su sede en la iglesia de San Mateo, a las siete de la tarde, tras la celebración de la eucaristía, y recorrió el caso histórico de este municipio de larga historia y que tiene a gala poseer el castillo medieval más antigua de Europa, que se dice pronto. Esta fiesta, actualmente, solo tiene carácter religioso, pero hasta los años 80 formaba parte de una gran feria y fiestas, que se cambiaron para que pudiesen disfrutarlas los emigrantes, como ocurrió en esa década en otros muchos pueblos de la provincia y de Andalucía.

A partir de unificarse las dos hermandades de los santos patronos, la de la Virgen de la Encina con la de Jesús del Llano, se reajustaron las fechas de las fiestas, el 8 de septiembre la Natividad de Nuestra Señora, el 12 el Dulce Nombre de María y el 14 día de la Santa Cruz, y se estableció que la novena a la Virgen de la Encina se celebrase del 9 al 17 (la Virgen venía del Santuario el 8), el 18 la salve y el 19 la fiesta y procesión de la Virgen; el día 20, hoy, la fiesta y procesión de Jesús del Llano y el día 21, el día de San Mateo, titular de la iglesia parroquial de Baños de la Encina, que, curiosamente, en su sagrario luce una pintura atribuida a Murillo. Todo seguido, una procesión cada día, durante tres días de septiembre, 19, 20 y 21.

Desde hace siglos, en este municipio celebraba dos grandes fiestas, la de mayo, en honor de su patrona la Virgen de la Encina, y la de septiembre, conocida como la de los Esclavos, porque la organizaba la Hermandad de los Esclavos de Cristo. Esta última fiesta se celebraba un solo día, pero con el tiempo, por la popularidad que tenía, se amplió a dos jornadas, una con la procesión de la Virgen de la Encina y, otra, con la de Jesús del Llano, patrón de Baños. Y, por si fuera poco, el 21 de septiembre, es decir, mañana, se procesiona a San Mateo, que goza de una gran devoción entre los bañuscos.

Hasta los años 50, la Virgen de la Encina tenía su propia ermita, en la zona próxima a Guarromán, y era todo un ritual que la imagen de San Mateo se acercara a despedir a la Virgen en las inmediaciones. Ella permanecía en su santuario hasta su fiesta en mayo, que volvía a la parroquia. Ese ciclo se perdió por los años 50 del siglo XX, entre otras cosas, porque cuando se murió el santero que cuidaba de la imagen, nadie lo sustituyó y para que la Virgen no estuviese sola la hermandad acordó trasladarla a la parroquia y, desde entonces, tiene en ella su sede y la comparte con la imagen de San Mateo, que también tuvo en su momento hermandad propia, lo que da una idea de su importancia, mientras que Jesús del Llano tiene su ermita en la parte alta del pueblo. Ahora, por lo tanto, se celebran tres procesiones similares, sin más fiestas que las religiosas. Las tres hacen el mismo recorrido que hizo ayer tarde la Virgen de la Encina por el casco histórico.