Una ventana para los camioneros

El programa de radio conducido por la periodista Julia Otero daba hace unos días la oportunidad a un camionero de contar su experiencia. Paradójicamente, este hombre echaba de menos pasar tiempo con su familia, en su hogar. Todo lo contrario que el resto de la población, que se mantiene confinada en sus casas para combatir el avance del covid-19 y que por supuesto anhela el mundo exterior.

La carretera, como lo ha sido siempre, es el hogar de muchos camioneros que, desde que el coronavirus da la lata, se exponen diariamente para que no falte de nada en las farmacias, en las pequeñas tiendas de alimentación o en las estanterías de los supermercados.

Durante estos días, los ciudadanos pudieron ver a través de los diferentes medios de comunicación cómo se les negaba la entrada a algunos sitios por miedo al contagio. Una actitud condenada por la opinión pública que queda más que contrarrestada por la de negocios como el restaurante El Zegrí, que desde este miércoles pusieron sus instalaciones a disposición de los servicios de emergencias y transportistas por si desean utilizar los baños o las duchas. Además, instalaron un espacio con café, agua, refrescos, pan, bollería y un microondas para que se haga uso de él. ¿Qué quieren a cambio? Nada, no aceptan ni un euro. Lo hacen por solidaridad con un sector que, a pesar del estado de alarma decretado por el Gobierno central para frenar el inexorable avance del coronavirus, no ceja en su trabajo para que los ciudadanos tengan a su alcance servicios básicos tales como la alimentación.

El restaurante se encuentra en el kilómetro 79 de la autovía A44 que une Bailén con Motril (Granada), entre los términos municipales de Noalejo y Campotéjar, también en la provincia de Granada.

Además, junto a la barra donde se encuentran los termos de café, el microondas, distintos alimentos y bebidas, dispusieron un cesto con guantes y gel hidroalcohólico, por lo que, desde el restaurante El Zegrí, ruegan a los usuarios que utilicen el servicio que ponen a disposición de profesionales sanitarios y transportistas de mercancías, que se equipen y tomen todas las medidas de protección recomendadas por la Administración central para evitar la propagación del virus. De esta forma, todo aquel que llegue hasta el restaurante tiene la posibilidad, no solo de calmar su hambre y su sed, sino que también puede darse una ducha.

No se trata de algo nuevo, pues son muchos los restaurantes o estaciones de servicio que, en contra de algunos que han decidido cerrar sus puertas a cal y canto a los camioneros, abren una ventana para facilitar el trabajo de unos profesionales que están y estarán al pie del cañón durante los próximos días, que se prevé sean los más difíciles en cuanto a la propagación del virus se refiere. Iniciativas que merecen un aplauso.