Una tarde de deleite para amantes de la tauromaquia en Villanueva del Arzobispo

Los villanovenses disfrutan de la última y gran jornada de encierros tradicionales memorables

14 sep 2025 / 09:28 H.
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El bullicio de la calle que conduce a la plaza de toros de Villanueva del Arzobispo fue la primera señal de que los encierros daban comienzo en una nueva jornada de las fiestas en honor a la Virgen de la Fuensanta. A ambos lados de la vía se congregaban decenas de vecinos y visitantes, expectantes ante la inminente llegada de los astados. Los corredores, valientes pero cautelosos, aguardaban el inicio con el deseo de disfrutar de la emoción sin que se produjera ninguna desgracia. La jornada ofreció un respiro térmico tras jornadas calurosas, lo que permitió que el desarrollo de la cita se viviera con mayor comodidad. Los bueyes, fieles guías, descendieron en busca del primer protagonista de la jornada, que una vez alcanzó el interior de la plaza fue cerrado con rapidez. La vaquilla también entró de manera efectiva, sin apenas distraerse en su recorrido. El segundo se detuvo durante unos instantes en el centro del coso villanovense, lo que generó tensión entre los presentes. Finalmente, el encierro concluyó con normalidad y con el aplauso de los asistentes, que llenaron en buena medida las gradas del recinto taurino.

La plaza se transformó en escenario de recortes y quiebros que levantaron pasiones entre el público. La vaquilla mostró rapidez y bravura, lo que obligó a los recortadores a desplegar su mejor repertorio de destreza y agilidad. Muchos de los participantes llegaron desde distintos municipios de la provincia, lo que otorgó al espectáculo un cariz aún más vistoso y variado. Los movimientos calculados de los jóvenes frente a los astados provocaron constantes ovaciones, y el riesgo asumido en cada lance mantuvo la atención del público en todo momento de la gran cita taurina. Uno de los instantes más espectaculares se produjo al final de la lidia del segundo novillo, cuando varios recortadores se atrevieron a saltar por encima del animal en pleno envite. El público respondió con un sonoro grito de admiración, consciente de la dificultad de la acción y del peligro que entrañaba. Fue un momento intenso, reservado solo para quienes viven con pasión estas tradiciones taurinas. La jornada se cerró con un ambiente de hermandad y alegría que reflejó el profundo arraigo de estas fiestas en Villanueva del Arzobispo.



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