Una luz en Valdepeñas de Jaén entre la absoluta oscuridad
Lourdes Perona fue la única vecina valdepeñera con electricidad e internet durante el apagón del pasado lunes

El episodio histórico que vivió el país con el apagón eléctrico del pasado lunes dejó consecuencias en los suministros domésticos. Cuando la tarde caía, y la luz solar se desvanecía, el fundido a negro fue el protagonista en los hogares de los municipios jiennenses, salvo en la vivienda de Lourdes Perona López, una vecina residente en Valdepeñas de Jaén que tuvo la fortuna de contar con electricidad e internet durante las horas en las que hubo mayor incertidumbre, como si nada hubiera pasado, haciendo vida como un día cualquiera. Esto fue gracias a las placas solares con acumuladores de energía que dispone en su finca, ubicada en el campo. Esta vecina de la Sierra Sur asegura que nada interrumpió las tareas domésticas gracias a este sistema de energía renovable. En este sentido, no tuvo ninguna dificultad para poner en carga el teléfono móvil, encender la lavadora o la lámpara del salón e incluso cocinar durante todo el día. No obstante, los fogones de su cocina igualmente habrían estado activos ya que funcionan con gas.
Lourdes Perona tiene, junto a su casa, una explotación ganadera y, al igual que en cada estancia de su vivienda, el funcionamiento eléctrico fue óptimo por la distribución que hace de la energía en su propiedad. “Viví el día con completa normalidad. Lo único que eché en falta fue el funcionamiento de los periódicos digitales. Aunque en todo momento estuve conectada a la red, ya que tengo internet por satélite, la información que se publicaba en las ediciones digitales era muy escasa por más que actualizaba las webs”, indica Lourdes Perona, que añade: “Ni hice el amago de encender la televisión porque imaginé que no se estaba emitiendo nada”. Al igual que toda la población del país, su medio de comunicación fue la radio y estuvo pegada a un transistor para nutrirse de todo lo que iba aconteciendo.
La parcela cuenta con once placas solares. Las primeras tres fueron adquiridas por el padre de esta vecina valdepeñera hace 30 años. En 2016, cuando decidió mudarse a esta finca con su familia, amplió el sistema y actualmente dispone de una energía de 3.000 vatios, lo que le permite autoabastecerse holgadamente con la luz solar. Lourdes Perona tiene dos hijas pequeñas, de 6 y 7 años, y vive felizmente en el Cortijo El Hoyo junto con su marido y su madre, quien reside en otro inmueble contiguo a la vivienda familiar. “Mi marido estuvo bastante tranquilo, mucho más que yo. Mis hijas prácticamente no se enteraron de lo que estaba pasando. Y mi madre sí es verdad que se preocupó. Venía cada dos por tres a casa para preguntarme si había escuchado novedades”, manifiesta esta vecina.