Una joya que sigue en uso tras sus 117 años de historia

Puente del Arroyo Salado, monumento en el confín de Cabra del Santo Cristo

24 mar 2016 / 09:20 H.

Preguntando se llega a Roma, pero cuando no se tiene a quien preguntar, el viaje resulta una aventura impagable. Ya se sabe, aunque más por el refranero que por la propia experiencia, que todos los caminos conducen a Roma, pero, en el caso del Puente del Arroyo Salado, para llegar a él, antes se tiene que encontrar la salida del laberinto, salvo que se sea de la zona o se conozca, porque no hay cartel alguno que indique ni donde estás ni hacia donde vas. Y como tampoco hay cobertura, lo del satélite y el móvil es un espejismo, porque no funciona, solo cabe encomendarse a la Virgen del Amor Hermoso y... que sea lo que Dios quiera. Una avería del coche en esos carriles, puede resultar como el IVA, un valor añadido. El acceso más fácil, el que no debería tener pérdida, es el que hay por la carretera que une Jódar y Huesa. En ella tampoco hay un cartel que indique que por ahí se va al Puente del Arroyo Salado, no lo olviden, por aquí está tirado encontrarlo.

Luego está la otra opción, harina de otro costal, el camino de la aventura y las emociones fuertes. Parte de la Estación de Cabra del Santo Cristo y, como por allí suele haber gente, lo mejor es preguntar. Este camino es realmente emocionante. Va hacia el este, que ya es una pista. Se parte por el camino asfaltado que sale desde el paso a nivel de la estación. Solo hay que seguir hacia adelante. A dos kilómetros, a la izquierda, está la encina milenaria, aunque algunos aseguran que solo tiene varios cientos de años, que no es baladí tampoco. Un espécimen de quercus autóctono declarado Bien de Interés Natural, lo que se dice, un monumento en toda regla, aunque no hay nada que lo indique, ni que le lleve la contraria. Esta encina, al parecer, se salvó de la tala, precisamente por su gran porte, ya que su frondosa copa proyecta una acogedora sobra que durante siglos sirvió de cobijo a segadores, labriegos y animales, lo cual es de agradecer en los veranos de canícula, cuando la siega. Esta encina también está registrada en el Catálogo de Árboles Singulares de España.

Si se continua en la misma dirección que se traía, no demasiado lejos de allí, también a la izquierda, se vislumbra una torre tipo almohade que, al parecer, fue construida en los años 30 en lo que fue una fábrica de esparto. Parece ser que el propietario se inspiró en una singular botella del aguardiente marca “Torre del oro”, que imitaba, grosso modo, a la famosa Torre del Oro sevillana. Esta construcción sirvió de torre de vigilancia del esparto, que entonces era un bien preciado.

El camino continúa hasta un paso a nivel. Hay que cruzar las vías del tren y, desde ahí, todo es camino de tierra. La verdadera aventura comienza ahí. Si se hace en automóvil, mejor que sea 4x4, porque las escorrentías desdibujaron muchos tramos. Apenas se avanzan unos metros ya se tiene la sensación de estar perdido. Cabe la opción de retroceder o continuar. A los aventureros no hay que preguntarle, como la ausencia de carteles es crónica, lo mejor es dejarse guiar por la intuición. Sí hay algún que otro cartel que indica que es sendero de Jódar, no que el término municipal pertenezca a Jódar, sino que los que hacen senderismo se guían por esas indicaciones.

A cierta distancia, por fin un cartel con una flechita: “Sierra Mágina. Puente Arroyo Salado. X metros de altura”. Quien lo ha hecho debería saber que el Puente del Arroyo Salado mide 110 metros de altura, lo pone la Wikipedia. Sea como fuere, ya se huele cerca y lo mejor, no nos hemos perdido. Un trecho y, a lo lejos, luce imponente una maravilla de la ingeniería, que durante década ostentó dos récord, el de altura y el de luz entre sus tramos y es de una complejidad técnica inusual para la época en la que se construyó por lo que despertó gran interés internacional. El puente sigue en uso y forma parte de la línea ferroviaria de Guadix camino de Linares-Baeza. Si me lo permiten, no dejen de verlo, impresiona desde arriba, es imponente desde abajo.

1899. Este impresionante viaducto fue inaugurado el 14 de marzo de 1899. Fue testigo el fotógrafo Arturo Cerdá y Rico, que captó con su cámara el acto de inauguración.

Ingenieros. Lo diseñaron Basinsksi, Guerin y Shule. Los tres pertenecían a la Escuela de Gustave Eiffel. Se utilizó acero y hormigón.

Compañía. El puente lo construyó la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España.

altura. Batió el récord de luz, 105 metros, y el de altura con sus 110 metros. De largo mide 318 metros.