Una fuerte unión vecinal para mantener con vida la tradición en La Alberquilla

Tan sólo cuenta con la presencia continuada de unas sesenta personas durante el año y, aunque no es un grupo muy extenso, muchos de sus habitantes son parejas jóvenes y sus pequeños, por lo que la vitalidad está presente en el núcleo. Además, en la época estival y, sobre todo en fiestas, aumenta considerablemente su número. La Alberquilla, perteneciente al término municipal de Segura de la Sierra, celebró durante el fin de semana su festividad en compañía de numerosos grupos de vecinos, seres queridos y visitantes. A pesar de haberse festejado durante el último fin de semana del mes, los lazos familiares de aquellos habitantes que ya no viven allí hicieron un esfuerzo para estar presentes, por lo que se notó una afluencia significativa de gente.

Como el resto de núcleos que forman parte de Segura de la Sierra, la gran localización en la que se ubica, epicentro del GR-247 y cerca de otros municipios con un valioso conjunto histórico y patrimonial, supone un enclave único desde el que descubrir el entorno. Asimismo, cabe resaltar que lo que más lo caracteriza es la familiaridad de su gente, algo que destacan las personas que estuvieron presentes durante el fin de semana. A lo largo de estos tres días, todo el mundo fue partícipe en una programación elaborada para lograr el máximo disfrute y que dio comienzo el viernes con el campeonato de brisca y el infantil de bolos serranos, unas iniciativas que siempre consiguen la atención de los asistentes. Otro de los objetivos de estas actividades es ser el punto de encuentro de familiares y amigos, a la vez que disfrutar de comida típica y bebida.

Las iniciativas más destacadas durante la festividad fueron el deslizador acuático, la liga serrana y la paella de vecindad, la fiesta de la espuma, los concursos de bolos serranos y, por supuesto, los espectáculos musicales, como el del grupo folclórico “Coros y danzas El Yelmo”, y de animación, que vino de la mano de “Marcos DJ & Speaker”. Durante estos días, todo el mundo dio el máximo para vivir una experiencia enriquecedora de las fiestas y, por supuesto, fue el punto de encuentro de aquellos que ya no viven allí. Hablar del Jaén desconocido es ahondar aún más en el Jaén siempre rural, porque si a veces no sabemos de la existencia de nuestros propios municipios, menos aún de aldeas recónditas.