Una formación diferente

Alumnos y profesores trabajan en el Lince 4.0, con el que competirán en Londres

29 ene 2019 / 12:00 H.

Una forma diferente y motivadora de aprender. Profesores y alumnos de primero de Bachillerato de Ciencias y Tecnología del instituto Jándula, de Andújar, que cursan la asignatura optativa de Tecnología Industrial —para los que cuando terminan su etapa de Bachillerato quieren estudiar Ingeniería o carreras técnicas—, trabajan desde hace una década en el diseño, construcción, pruebas y conducción de vehículos ecológicos. En concreto, en el curso en marcha, un total de 25 estudiantes están inmersos en el modelo Lince 4.0.

“Nos planteamos que los alumnos, más que en la teoría trabajaran en la práctica, y además de aprender compitieran en el mayor evento a nivel mundial, la Shell Eco Maratón”, explica el director del proyecto Lince, Manuel Barbero. Y en esta década, la progresión en cuanto a los resultados ha sido espectacular, puesto que si el primer año, que compitieron en Alemania, quedaron en la posición número 70 de Europa, este último subieron hasta la 14. “Eso teniendo en cuenta una serie de condicionantes, ya que se trata de una prueba en la que se enfrentan con alumnos universitarios, de escuelas de Ingeniería y de ciclos de Grado Superior, por lo que son los únicos alumnos de Bachillerato de Europa que participan”, afirma Barbero. A ello se suma la limitación en cuanto al presupuesto, puesto que aunque cuentan con el apoyo del Ayuntamiento y de patrocinadores locales, es más modesto que el resto de equipos, necesitan fondos para construir el vehículo, enviar el material y el coche al circuito y para el viaje de los integrantes del proyecto al lugar de la competición. También, en el caso de los alumnos universitarios, suelen tener una permanencia de tres años, y los de Grado Superior de 2, pero en este caso solo pueden estar un año, porque ya en segundo de Bachillerato no pueden participar en la prueba porque coincide con la Selectividad.

En cuanto al objetivo de la competición, puntualiza el director del proyecto, no se trata de construir un vehículo que corra más, sino que haga más kilómetros con el menor consumo de combustible posible. En su caso, llegaron a los 624 con un litro de combustible, lo que supondría hacer el recorrido entre Andújar y Zaragoza.

Pero, además de aprender Tecnología Industrial, participan en un proyecto que tiene que ver con el medio ambiente y la ecología, de alta tecnología, en el que tienen que utilizar el inglés para comunicarse con otros equipos, y trabajan la oportunidad de trabajar en grupos mediante proyectos. “De esta forma, al final no se trata solo de educación en tecnología, sino que es una forma que tienen los alumnos de trabajar de la misma forma que luego pondrán en práctica durante su etapa laboral”, concreta Barbero. Después de tanto tiempo en vigor, puntualiza, se trata de un proyecto reconocido y respetado, el único de toda Andalucía y, al proceder del alumnado más joven de Europa, atrae muchas simpatías por parte de otros equipos de comunidades autónomas y de países diferentes. “También es otra forma de llevar el nombre de Andújar por donde vamos”, afirmó.

Hasta ahora han trabajado en tres prototipos, y en esta ocasión están inmersos en el desarrollo del que será el Lince 4.0., para el que aprovechan todo lo aprendido durante cursos anteriores con el principal objetivo de mejorar, durante el curso actual, el vehículo. La competición se celebró los dos primeros años en Alemania, los cinco posteriores en Holanda y este año se desarrollará, del 28 de junio al 5 de julio, en un circuito urbano de Londres.

Entre los objetivos del proyecto también se encuentra fomentar la presencia femenina, para que las chicas también se incorporen a los estudios técnicos, tan importantes en la actualidad y donde todavía se deja sentir un importante vacío. “Lo mejor de todo es que, pese al paso del tiempo, los alumnos que participaron en el proyecto siguen ligados a él. Cuando acaban, gran parte de ellos han estudiado Ingeniería y algunos están trabajando, pero mantienen su vinculación y preguntan en todo momento si pueden echar una mano”, afirma el director del proyecto.

Por su parte, la presidenta del ampa Isturgi, María del Mar Rodríguez, destaca la importancia de la iniciativa. “Necesitamos más proyectos así, porque los niños muy ilusionados ya que al trabajar más la práctica que la teoría lo viven en directo. Y teniendo en cuenta al nivel que participan y concursan, con los medios que hay, los resultados son muy dignos”, afirma. Una experiencia vital, considera, que entiende que debería contar con más apoyos y publicidad.