Una festividad de hermanamiento

San Blas y la Candelaria reúnen a todos los pueblos limítrofes de Cazalilla

01 feb 2019 / 12:06 H.

Unas fechas señaladas para todo el pueblo de Cazalilla, pero también para la comarca de la Campiña. Este entrañable municipio siempre ha destacado por la cercanía de su gente. Es por esto que todos los pueblos limítrofes y muchos visitantes de toda la provincia propia, así como la colindante Córdoba, acuden a la llamada de los cazalilleros para festejar junto a ellos la Candelaria y la fiesta de San Blas, patrón del municipio.

La Candelaria, tradicional preludio de San Blas. Según cuentan los mayores del lugar, antaño se llevaban a los niños menores de un año a presentarlos en la iglesia, en clara concordancia con la fiesta religiosa de la presentación de Jesús Niño en el templo, y el Corpus Christi, donde se engalanan balcones y ventanas y se alfombran las calles con juncia. Actualmente, esta fiesta unifica a todo el pueblo alrededor de la plaza del Ayuntamiento, donde se prende una gran hoguera para combatir estas bajas temperaturas y el equipo de Gobierno municipal prepara aperitivos para todos los vecinos y visitantes. Además, un grupo flamenco amenizará la velada de hoy donde se espera un ambiente digno de la primera gran fiesta del año para los cazalilleros.

El 3 de febrero se celebra la festividad de San Blas, muy querido por los vecinos no solo de Cazalilla, sino también de los pueblos como Espeluy, Villanueva de la Reina o Mengíbar. La tradicional bendición de las rosquillas del santo culmina con la conservación por parte de las madres durante largo tiempo de estas rosquillas de pan “bendecidas”, las cuales son comidas a pedacitos por los niños como eficaz remedio cuando se ven afectados por un golpe de tos. Del mismo modo se utilizan las cintas de colores que ha sostenido el santo en su mano, para que una vez colocadas en el cuello sirvan para curar y prevenir las afecciones de garganta. En la actualidad hay rosquillas para todos, por lo que muchos deciden disfrutarlas en el momento tras la procesión de San Blas por las calles del municipio. Este día es el culmen de la novena que se está realizando y pone el broche a unas fiestas que se han alargado durante algunas semanas con competiciones deportivas y actividades de ocio para los más pequeños.