Una brecha de género que no se cierra

Los datos de actividad, ocupación y de salario en la provincia siguen reflejando el trabajo que queda por delante para esa igualdad entre hombres y mujeres

03 mar 2024 / 17:35 H.
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Con la proximidad del 8-M y las múltiples actividades que ya empiezan a proliferar se ofrece un momento idóneo para reflexionar sobre la igualdad o mejor dicho, de la desigualdad, que persiste en la provincia a pesar de los avances. Miles de mujeres valientes, unas más anónimas que otras, consiguen, con su abnegado trabajo diario que la sociedad de la provincia de Jaén funcione o progrese, contra viento y marea. El análisis de la realidad permite constatar que todavía queda mucho trabajo por delante. En este sentido, María Inés Casado, presidenta de la Federación de Asociación de Mujeres Rurales (Fademur), muy vinculada con UPA y UGT, aporta datos muy interesantes sobre Jaén. Dice que las mujeres tienen una mayor inactividad que los hombres, un 57,4% frente al 42,6% de los hombres y que hay mucha diferencia de inactividad a partir de la franja de edad de 35 a 44 años, donde las mujeres superan el 72% del total.

“En ambos sexos el porcentaje mayor de inactividad está en la edad de 65 o más años, pero en las mujeres los porcentajes son mayores a partir de los 35 años. En las causas de la inactividad también hay diferencias significativas entre los hombres y las mujeres”, afirma. La responsable de Fademur asevera que los varones son mayoría en la jubilación o en la percepción de otras pensiones, mientras las mujeres son mayoritarias entre las personas que se dedican a las labores del hogar o como perceptoras de otras pensiones distintas a la jubilación. Del 100% de las mujeres inactivas, más de un 33,8% se dedican a las labores del hogar, mientras que de entre el total de los hombres inactivos más de la mitad —51,7%— lo son por estar jubilados. Las tasas de actividad y empleo, prosigue, son mucho más altas en hombres que en las mujeres (10,76 y 12,14 puntos respectivamente en el último trimestre de 2023), las mujeres tienen las tasas de paro más altas, más de cinco puntos y medio de diferencia.

“Mujeres y hombres no trabajan ni en los mismos sectores, ni en las mismas ocupaciones, ni tienen la misma situación profesional, ni se ocupan en las mismas ramas de actividad, con lo que podemos concluir con que sigue habiendo segregación del mercado de trabajo entre mujeres y hombres”, constata Casado. Por ello, indica que si se tiene en cuenta que las mujeres tienen una menor ocupación en general, la representatividad de los hombres en la construcción, en la industria y en la agricultura es mucho mayor que las mujeres con un 92, 76 y 69% respectivamente. En el sector Servicios es el único en el que las mujeres tienen mayoría, un 52%. “En la situación profesional también hay una fuerte segregación, los hombres son mayoría entre las personas por cuenta propia, entre la parte empleadora y entre las cooperativas, las mujeres solo son mayoría con respecto a los hombres como asalariadas del sector público”, apunta. En cuanto a la jornada a tiempo parcial y a tiempo completo si hay muchas diferencias entre ambos sexos, las mujeres son el 40% de las personas contratadas a tiempo completo y un 76% de las personas contratadas a tiempo parcial. De entre todos los hombres contratados, solo un 6% tienen contratos parciales, sin embargo, de entre todas las mujeres contratadas una de cada cuatro lo está a tiempo parcial.

“Todo esto nos demuestra que la diferencia sigue estando de forma desfavorable para las mujeres y que provoca una diferencia entre los salarios de ambos en la provincia de Jaén de un 15,2% a favor de los hombres. Como vemos las mujeres se siguen encontrando con una fuerte desigualdad que nos hace salir cada 8 de Marzo a reivindicar nuestros derechos y perseguimos una total igualdad, conciliación y corresponsabilidad”, concluye. Comisiones Obreras tiene datos complementarios de esta situación. La secretaria provincial de Mujer, Igualdad y Juventud, Silvia Cazalilla, es clara. “Si la comparamos con otras provincias de Andalucía, en Jaén no estamos tan mal. Vamos avanzando poco a poco”, considera en relación con “conquistas” de los últimos años como las subidas del salario mínimo interprofesional, la reforma laboral, la de las pensiones, los planes de igualdad en empresas y las medidas contra el acoso sexual. “El feminismo es un motor de transformación social que funcional”, sostiene. Cazalilla admite que la brecha salarial en la provincia jiennense es inferior, pero como consecuencia de que el hombre tiene un salario más bajo que en otros territorios.

Además, resalta que entre 2020 y 2022, durante la pandemia, creció. “Las mujeres de Jaén ganan, de media, 2.600 euros al año que los hombres. También resalta la diferencia amplia que hay a partir de los 65 años, la época habitual de la jubilación en España. Para que las mujeres cobren igual la remuneración tendría que incrementarse hasta un 59,3%. En un informe de CCOO se dan datos concretos. El salario de la mujer jiennense, en 2022 —última información disponible— tendría que aumentar un 17,9% para igualarse al del hombre. En 2020, se alcanzó un mínimo del 15,4%. El salario medio anual de los hombres jiennenses volvió a ser superior al de las mujeres, situándose en los 17.159 euros anuales, mientras que el de ellas se situó en los 14.559 también anuales. O sea que ganan 2.600 euros menos al año —217 mensuales—. La menor diferencia —15,9%— se da en el tramo entre los veintiséis y los 35 años, es decir en los primeros tramos de la experiencia en el mundo laboral. La ciudad de Jaén sobresale de manera positiva entre las ciudades andaluzas con más de 100.000 habitantes, pues su brecha es del 7,2%.

Por sectores, la brecha se acerca al 58% en el campo, el peor registro, mientras que en la industria extractiva, el más bajo ronda el 14%. El estudio del sindicato recoge que los salarios medios más bajos se centran en la agricultura, los servicios sociales y otros personales y de ocio y comercio, ámbitos “fuertemente feminizados, ya que las desigualdades estructurales que arrastra el mercado laboral provincial, desde la perspectiva de género, se remontan a la incorporación de la mujer al trabajo de forma masiva”. Como conclusiones de Comisiones Obreras, entre los motivos que explican la brecha destaca que las mujeres tienen menos antigüedad, por lo general optan por carreras peor pagadas (no de forma voluntaria, sino en función de la oferta del mercado de trabajo) y reducen su jornada para atender a sus hijos. La segregación y el “suelo pegajoso” hacen el resto para limitar su ascenso laboral y, por ende, a sueldos más altos.

Se corrobora que los sectores ocupados por más mujeres tienen salarios más bajos que los ocupados mayoritariamente por hombres. La segregación ocupacional de género y los mecanismos de cierre social de acceso en profesiones de dominación masculina, se debe en gran medida a las imágenes estereotipadas de las ocupaciones y también a la importancia de las decisiones tempranas relacionadas con la elección de su profesión. CCOO defiende que el marco de negociación colectiva y los planes de igualdad, junto a las políticas públicas son esenciales para lograr los necesarios cambios estructurales, de manera que se facilite el desarrollo profesional. La mejora en el salario mínimo ha sido “muy positivo”, pues más de la mitad de los sueldos está en este entorno retributivo.

Pilar Torres Pérez, bombera: “No soñé ser bombera porque nadie me lo puso como opción”

La jaenera Pilar Torres Pérez ha conseguido trabajar como bombera, profesión donde no abundan las mujeres. Empezó en el parque de Martos, pero ahora está adscrita ya al de la capital. “Durante años he sido fisioterapeuta. De pequeña no lo había soñado ser bombera porque nadie me lo puso en el abanico de posibilidades. Me gusta ayudar a la gente. Conocía a muchos bomberos por mi profesión y me gustó lo que hacían”, explica. Así, tras mucho esfuerzo y preparación, es como llegó a su actual cometido. Se siente muy a gusto, con el resto de la plantilla, inclusive su compañera Susana. Destaca que la profesión que ejerce ahora es totalmente compatible con la condición de mujer, aunque hace falta estar en forma. Valora que “bombera” esté aceptada en el diccionario de la Real Academia española, que tacha de incorrecto “mujer bombera”. Para ella el 8-M tiene una importancia triple, pues también se celebra el patrón de los bomberos y los fisioterapeutas. Ella, que está embarazada, afronta esa situación con normalidad y mucho respaldo, con un puesto adaptado. Respecto a la brecha salarial en la sociedad, destaca que existe porque se paga mejor a un hombre que a una mujer, “a un botones que a una camarera de habitación”. De ser bombera le gusta que las niñas vean esa profesión como una opción real y viable.

Rocío Caparrós del Moral, responsable de relaciones institucionales en Airbus Espacio España: “En el espacio la igualdad no debe ser un reto sino realidad”

Rocío Caparrós del Moral es natural de Jaén pero se siente de Mágina. En su vida profesional se considera una afortunada, trabaja desde Sevilla para un sector global, estratégico, relacionado con la defensa, la aeronáutica y el espacio. Es responsable de relaciones institucionales en Airbus Espacio España, le llena de orgullo estar rodeada de grandes profesionales de un sector que, como la ciencia, constituye la base para alcanzar un futuro sostenible, donde todas y todos, compartan, trabajen y convivan en igualdad. Rocío asegura que el espacio ya está en nuestras vidas y ha venido para quedarse, cada día dependemos mas de la tecnología espacial. Lo importante ahora es que, a la inversa, la acción humana en el espacio se haga sobre la base de la ética, que beneficie a todos por igual y que, por fin, neutralice todo tipo de discriminación o desigualdad. La jiennense inspira sin pretenderlo, es mentora del programa Space4Women de Naciones Unidas y tiene a unas cuantas niñas (y niños) a los que apoya y orienta en sus trayectorias. El 8-M, lo celebra rodeada de “grandes mujeres” de su sector, de sus compañeras (y amigas) y concienciando a las niñas de que la única limitación para llegar muy alto es el miedo y que la humildad es un valor en alza. Recomienda una canción, “Explanetas”, del grupo Arde Bogotá.

Francisca Navarro Pérez, Guardia Civil: “Estamos integradas en las especialidades del cuerpo”

La villargordeña Francisca Navarro Pérez ejerce de guardia civil en la Plana Mayor de la Comandancia de Jaén, aunque antes estuvo en labores de Seguridad Ciudadana. “Este es un cuerpo donde hay más hombres que mujeres, pero estamos perfectamente integradas dentro de las especialidades y los puestos de trabajo. No hay ningún tipo de discriminación”, asevera. Ve que cada vez hay más personas de sexo femenino en el cuerpo, en responsabilidades como Tráfico, Seguridad Ciudadana, Información, Policía Judicial... Navarro señala que la de Jaén es una comandancia bastante solicitada, entre otras cuestiones por la presencia de la Academia de Baeza, y que el incremento de la presencia femenina se nota en las sucesivas promociones. “Estamos dando una imagen distinta. Por ejemplo, la compañía de Beas de Segura, la dirige una mujer capitán”, subraya. Para ella, el 8-M es “como cualquier otro día”. Se siente orgullosa de formar parte de un colectivo que trabaja mucho en beneficio de la ciudadanía. Además, no se considera ejemplo para nada, pues a su juicio lo son todos los miembros del Instituto Armado, de ambos sexos. “Si alguna chica quiere acceder al cuerpo y tiene dudas hay una guardia que está dispuesta a darles explicaciones y ayudarlas”, detalla, para concluir, esta profesional.

Belinda Carrillo Lizana, ganadera: “Este trabajo es sacrificado y hay que estar todos los días”

Belinda Carrillo Lizana lleva seis años en una granja familiar de cabras y ovejas en Charilla (Alcalá la Real). “Soy veterinaria, pero dejé mi profesión al margen para gestionar la explotación con mi marido. Soy como el comodín. Aparte de estar con los animales también me encargo del papeleo”, afirma. Remarca que la actividad ganadera requiere de un veterinario, un ingeniero agrónomo, un gestor y un abogado. “La mitad del tiempo lo empleo en la burocracia”, puntualiza. Ella compagina sus tareas con la familia. Después de dejar a los niños en el colegio acude a la granja. “Este es un trabajo sacrificado y hay que estar todos los días del año. Eso nos condiciona la vida que se adapta a eso”, sostiene en referencia a las diferencias que hay respecto a la situación de otras personas con unos horarios más pautados. Las ventajas, reconoce son varios, aparte de que le gusta su labor, valora ser su propia jefe y respirar el aire puro de la naturaleza en el paraje de La Lastra, “sin contaminación, ni ruido, ni dificultades para aparcar”. Para ella, el 8-M, es “un día normal”. “Para mí hombres y mujeres somos iguales y en mi círculo me siento valorada como persona, pues mis opiniones valen”, manifiesta. Defiende las capacidades, más allá de la fuerza, de las mujeres, que, como los hombres, “no deben dejarse pisotear nunca”.

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