La primavera comienza con tintes invernales en la comarca de la Sierra de Segura y, particularmente, en Santiago-Pontones. El extenso municipio, que ocupa el flanco nororiental de la provincia, amaneció con una generosa nevada. Las precipitaciones en forma líquida se sucedieron durante la noche. Dejaron espesores variables, de alrededor de ocho centímetros en zonas habitadas como La Matea —a más de 1.250 metros de altitud—, mientras que, en las alturas, esas cifras se multiplicaron.
Uno de los lugareños, Francisco Robles, subraya que se trataba de una de las principales nevadas desde enero. De hecho, el año hidrológico 2019-2020 no se ha caracterizado por la proliferación del blanco meteoro, aunque, en cambio, las lluvia han resultado generosas. La caída de nieve paró con la mañana, de manera que el repunte de las temperaturas propició que la nieve se derritiera y quedara relegada a las cotas más altas, como los Campos de Hernán Pelea. No hay constancia de problemas en carreteras ni en otras cuestiones.
Lo más singular de la nevada primaveral es que coincide con el confinamiento derivado de alarma. De esta forma, no ha resultado posible salir a disfrutar del manto sólido. Concretamente, el fenómeno coincidió con el “ecuador” del estado de alarma, prorrogado, en principio, hasta el 11 de abril. En este panorama, en la zona de la Sierra de Segura, también se vive una situación enrarecida. El confinamiento solo permitía la salida a algunos trabajadores, como los del sector agropecuario —la ganadería es fundamental para garantizar el abastecimiento de comida— y de ciertos profesionales. Sin olvidar a quienes acudieron a comprar o a pasear sus mascotas cerca de casa. En este sentido, el paisaje de postal coincidió con el cierre temporal de todos los establecimientos hosteleros y de los alojamientos, lo que se traduce en una ausencia absoluta de turismo. Por ello, el paisaje de postal solo pudo ser disfrutado por los habitantes de los municipios serranos, que viven un acentuado fenómeno de despoblamiento desde hace años.
SITUACIÓN. Las copiosas precipitaciones de nieve tuvieron su origen en el avance de una depresión aislada en niveles altos de la atmósfera (DANA), que penetró desde el noreste. La perturbación, que dejó cuantiosas lluvias —con nevadas en los puntos más altos— en la provincia de Albacete tendió a desgastarse ayer. Sin embargo, ello no significa, ni mucho menos, un panorama de estabilidad atmosférica. La calma de hoy es transitoria, pues, a partir de mañana por la tarde llegará desde el oeste un frente. El ambiente desapacible se mantendrá varios días. La Agencia Estatal de Meteorología, incluso, anuncia nevadas para el jueves. Aunque los modelos numéricos no son unánimes, todo apunta a que un bloqueo en altas latitudes ocasionará, en los próximos días, un auténticos “carrusel” de borrascas o de DANA que se traducirá en unas precipitaciones muy jugosas.
