Un olivarero se topa con un lince en un paraje de Mágina

El felino, a más de cien kilómetros de su área de reintroducción

22 jul 2016 / 19:01 H.

Joaquín Arias fue a comprobar los goteros para el riego de su olivar, en una zona conocida como Chavallante, cerca de Gútar, en el término de Albanchez de Mágina, a unos dos kilómetros del casco urbano de este pueblo. Esta acción, totalmente rutinaria, comenzó a ponerse interesante cuando le dio la impresión de ver algo encima de un árbol. Al fijarse bien, comprobó que lo que había sobre la oliva no era un felino común, sino un lince ibérico. Un ejemplar de “lynx pardinus” no se ve todos los días, pero, a pesar de ello, el albanchurro, que es presidente de la sociedad de caza, tuvo la calma suficiente para tomarle una fotografía con su teléfono móvil. Incluso le dio tiempo a grabarle un pequeño vídeo. De no haber tropezado el humano, el “gato” quizás no se hubiera asustado y a Joaquín Arias le habría dado tiempo a contemplarlo durante más tiempo. Aun así, ya puede presumir de ser el único entre sus vecinos que ha tenido un lince al alcance de la mano. Y es que lo sorprendente de la historia es que no hay constancia de que estos animales campen por Sierra Mágina.

Hay que tener en cuenta que la mayor población mundial de lince, del que se calcula que hay unos cuatrocientos ejemplares en el planeta, está en el Parque Natural Sierra de Andújar y sierras cercanas, como la de Cardeña, ya en el municipio cordobés de Montoro. Desde allí a Gútar no hay menos de 150 kilómetros. Otra área lincera jiennense, gracias a los avances del programa de reintroducción del felino, está en el valle del río Guarrizas, en plena Sierra Morena; una franja de tierra que se extiende entre Vilches y La Carolina. Tampoco se trata de un lugar próximo a Sierra Mágina. Desde un punto u otro, en un hipotético trayecto en línea recta, hay que atravesar parte de la comarca de La Loma, una campiña olivarera regada por el Guadalimar y el Guadalquivir, donde tampoco hay dato alguno que apunte a la presencia de linces ibéricos. Ante lo extraordinario del encuentro, Arias puso los hechos en conocimiento del Ayuntamiento de Albanchez de Mágina y estos, a su vez, informaron a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. La Administración regional, en colaboración con otras instituciones, es la responsable del ambicioso plan ideado para recuperar a esta especie, que estuvo al borde de la extinción. El concejal de Medio Ambiente, Jesús Ángel Martínez Olivares, confía en obtener respuestas de la Junta a las dudas planteadas desde el Gobierno local, interesado en saber si el municipio puede entrar dentro del programa de conservación del lince, junto al resto de Sierra Mágina, al detectarse la presencia del felino en este territorio jiennense. El animal iba dotado de un transmisor, lo que apunta a que puede tratarse de uno de los ejemplares criados en cautividad en el centro de La Olivilla, en Santa Elena, y devueltos al medio natural. A finales de marzo, los trabajadores del Proyecto LIFE+Iberlince pudieron constatar, gracias a la colaboración de vecinos de Vilches y su Ayuntamiento, la presencia de una camada de cinco cachorros en el área de reintroducción del valle del río Guarrizas. Se trató de un excepción, puesto que las hembras suelen parir a cuatro ejemplares. Un mes antes, se liberaron dos felinos en esta parte de la provincia, se trataba de Múrtiga y Musaraña, procedentes del Centro de Cría El Acebuche de Huelva.

Algunos linces han sido vistos en municipios próximos a Andújar e, incluso, hay que lamentar atropellos de estos animales al tratar de atravesar la autovía A-4, cuyo recorrido está a unos treinta kilómetros de la sierra iliturgitana. Sus movimientos, según los expertos, suelen responder a su necesidad de buscar alimento. Estos felinos son muy territoriales y necesitan moverse en unos territorios extensos, ricos en conejos, su principal comida. En Gútar no faltan estos animales, según el concejal de Medio Ambiente albanchurro.