Un mismo color y dos equipos

Tirada de piedras, un juego con premio, único en toda la Sierra de Segura

09 sep 2019 / 16:35 H.

Salvo el año del 50 aniversario de las Fiestas de Marchena, en 2017, que tocó a todos los vecinos y vecinas ir de rosa, el color de Marchena es el azul cielo o el azul mar, que es curioso que una aldea escondida en los más alto de la Sierra de Segura, en esa parte alejada de los mapas y las rutas tradicionales, tenga tanto que ver con los barcos. ¿Por qué? Porque así lo han decidido ellas, porque así lo quieren ellos. Los carteles de Marchena tienen barcos alrededor y allí no hay mar, ni tiene nada que ver de cuando Segura era provincia marítima por su abastecimiento para construir los barcos de guerra de la Armada Invencible, es, simple y llanamente porque los marcheneros han adoptado como himno el pasodoble “A ver los barcos venir, a ver los barcos pasar”, de Carlos Cano. Todo el mundo lo canta y todo el mundo lo baila; es más, la orquesta que no lo tiene en su repertorio, no es contratada para las fiestas. Así las cosas, cuando llega septiembre, el color azul se apodera de la aldea, que todos los vecinos tiene un polo con los mismos lemas musicales y las mismas vivas a la Virgen y el mismo azul cielo. La unidad marchenera es famosa en toda la comarca, van todos a una absolutamente en todo, salvo en una cosa: la tirada de piedras, que es masculina y femenina. Chicos y chicas pujan por los regalos que contienen las botellas que son colgadas en una cuerda a distancia considerable en una competición única en la Sierra de Segura. Se celebra además, muy alejada una de la otra, para que ninguno de los grupos se inmiscuya en el otro. La primera fotografía es la competición femenina y la segunda, junto a este texto, la tirada de piedras masculina. Es el único momento de separación, no hay otro, que la plaza se llena siempre de hombres y mujeres, niñas y niños, para participar en todas las actividades programadas cada primer fin de semana de septiembre desde que en 1967 Doña Mari Loli González, la maestra de Marchena, organizó las primera fiestas.