Un festival de quiebros y recortes en Noalejo
Los “encierros” del municipio se vivieron con ganas entre los vecinos y multitud de foráneos

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Puede parecer que todos los festejos taurinos siguen el mismo patrón y, hasta cierto punto es cierto, pero si que es verdad que cada pueblo aporta algo a sus fiestas que las hacen completamente diferentes y únicas. Este es el caso de Noalejo y sus “encierros”. Tres días de suelta de vacas disfrutan en este municipio fronterizo donde viven con ganas y bravura estos festejos encuadrados en sus fiestas patronales en honor a la Virgen de Belén. Lo más característico de esta tradición es su improvisada “plaza”, una suerte de corral en el que los remolques hacen el papel de palcos donde centenares de almas se agolpan para ver como los noalejeros y un gran número de foráneos sortean a las vacas con quiebros, carreras y engaños. También es sabido que durante las fiestas el tiempo es bastante relativo; las horas y los minutos se difuminan, y al fin y al cabo es el discurrir del día lo que guía a la comunidad, independientemente de los horarios marcados. Es por eso que los vecinos no se apresuraron a presentarse en la “plaza”, llegaron cuando tenían que llegar. Y las cuatro reses salieron cuando todos los que tenían que estar, estaban.
Y la bravura hizo presencia en el ruedo, las cuatro vacas salmantinas sorprendieron a todos los vecinos con su tamaño y trapío. Cuatro reses azabache que embistieron con fuerza, en sus respectivos turnos, en los primeros minutos del festejo, pero esto no fue suficiente para amedrentar a unos vecinos que se sabían todos los trucos para dar espectáculo a la decena de remolques abarrotados que cercaban el corral. Más de dos horas de unos encierros que son insignia en este municipio y que abarcan una parte elemental en sus fiestas, atrayendo a centenares de foráneos y antiguos pobladores que vuelven en este mes de agosto a su casa, a revivir vivencia entre familia y amigos, porque las fiestas populares son aquellas que vertebran las raíces de un pueblo y su historia.
“Yo soy de Martos y es la primera vez que vengo a estos encierros. Había escuchado que aquí había tradición y por eso he venido”, asegura José López. Iván Fernández consideró que son “unos encierros muy diferentes a los de otros pueblos”. “Es algo que es muy entretenido. Las vaquillas es lo mejor que tenemos aquí en Noalejo. Lo que más nos gusta a la gente joven”, afirmó Adrián Fajardo. Ángel Tirado fue desde de Jaén “porque hay que promover las fiestas de los pueblos y ver cómo son los encierros de otros sitios”. “Esta es una fiesta que se vive muy intensamente. Yo vengo de Valencia a verlos todos los años porque tengo familia aquí”, manifestó Miguel Mastel.