Un destino trashumante: desde Cotorríos a Miller

La Feria de la Trashumancia de este fin de semana en Santiago-Pontones impulsa también el turismo

10 jun 2022 / 12:52 H.
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Elegir qué visitar en la comarca de la Sierra de Segura, y el municipio de Santiago-Pontones y sus aldeas, es complicado. Mejor planificar y visitarlo todo para experimentar un encuentro excepcional con la naturaleza de un territorio único y con sus pobladores. La IV Feria de la Trashumancia que se inicia este sábado, precisamente impulsa también el turismo en la zona. En el corazón del parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, desde Coto Ríos y hasta Miller hay 125 kilómetros de distancia, de puna a punta del municipio. ¿Qué visitar? La lista es extensa: los Campos de Hernán Pelea, las banderillas, el pino Galapán, el embalse de La Vieja y el de Las Anchuricas, el nacimiento de la Toba, o el del Río Segura. Además: Peñamujo, El Tranco, el Salto de los Organos, La cerrada de Elías o el ríoo Borosa; agua por doquier, flora y fauna exhuberantes. ¿Y los servicios? Dispone de áreas recreativas en Coto Ríos, El Tobazo, Brígidos, la Golondrina, Puente-Badén —con piscifactoría—, Los Rodeos, el Nacimiento del Río Segura, La Toba, El Muso y El Berral. ¿Necesita información? Tiene oficinas en Santiago de la Espada y Las Juntas de Miller.

La gastronomía es muy variada, autóctona y se ofrece en los bares y restaurantes que jalonan su extenso término municipal. El cordero segureño es un plato imprescindible para probar. Y habrá degustación en la feria.

No hay problema para alojarse y es conveniente la reserva. Dispone de albergues, campings, apartamentos, hoteles, viviendas y hostales rurales. Visitar parajes, comer bien y dormir mejor, pero también disfrutar de otras actividades. Las hay para todos los gustos: senderismo, rutas en bicicleta, carreras de montaña y marcha en bicicleta de montaña, además de rutas en 4x4, la caza y la pesca. El viajero curioso puede observar aves, la berrea del ciervo en su época y coger setas, siempre que se conozca la micología, también en su época, con los populares guíscanos. Para los fotógrafos, profesionales y aficionados, es un paraíso tentador que reta al objetivo. Para los bañistas, un paraíso terrenal.

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