San Millán se engalana para celebrar la Ascensión

El barrio de San Millán se engalanó, el domingo pasado, para celebrar la festividad de la Ascensión, solemnidad cristiana que se celebra cuarenta días después del domingo de resurrección y que conmemora la ascensión de Jesucristo al cielo en presencia de sus discípulos tras anunciarles que les enviaría el Espíritu Santo. Una fiesta muy especial, vivida con gran intensidad por los vecinos del populoso barrio ubetense, que días antes se afanan en encalar sus fachadas y limpiar las calles para que su barrio resplandezca en el día de la Ascensión.

De esta forma, el visitante pudo encontrar calles decoradas con colgaduras y banderolas que adornaban las calles por las que procesionó la Virgen de la Soledad, portada a hombros de las hermanas de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y María Magdalena, cuando pasadas las ocho de la tarde el repiquetear de las campanas de la iglesia de San Millán anunciaba la salida de su templo de la “Reina de San Millán”, que estuvo acompañada por hermanos de la cofradía así como representantes de los alfareros de la ciudad, que tienen sus alfares en este barrio, portando tulipas caladas de barro cocido.

Cientos de ubetenses se desplazaron al barrio no solo para acompañar a la Soledad en su procesionar por las calles del barrio, sino para disfrutar de la belleza de los adornos que decoraban sus calles, altares colocados por los vecinos en las puertas de sus casas, entre los que destaca todos los años el ubicado al final de la calle Llana de San Millán, obra de Alejandro Yerpes. Además, la calle Valencia estuvo decorada con una inmensa alfombra floral, que realzó el procesionar de la “Virgen Sanmillanera”, imagen muy querida por la ciudadanía que acude en masa para disfrutar de la festividad de la Ascensión.