Recreación de la guerra anglozulú

“La segunda expedición”, de Alan Pitronello, premio “Ciudad de Úbeda”

17 nov 2019 / 12:43 H.
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Intensa jornada la vivida ayer en la Ciudad de Los Cerros debido a las actividades incluidas dentro de la programación del Certamen Internacional de Novela Histórica “Ciudad de Úbeda”. La mañana comenzó con la entrega del Premio de Novela Histórica “Ciudad de Úbeda” a Alan Pitronello por su novela “La segunda expedición”. Un galardón que, además de la publicación de la obra por la editorial Pàmies, tiene una dotación económica de hasta 10.000 euros.

Se trata de la primera obra que publica el chileno, aunque como reconoció, lleva muchos años escribiendo, no obstante ha sido ahora cuando se decidió a presentar la novela al certamen, si bien confesó que estuvo a punto de no hacerlo. “La segunda expedición”, manifestó Pitronello, es su “pequeño granito de arena a la lucha intelectual contra la leyenda negra, algo común y compartido tanto a un lado como al otro del Atlántico, donde se refleja la cultura del mestizaje”. En concreto, la novela relata la historia de Martín del Castillo, joven hidalgo, que busca hacerse respetar en la Santiago de Cuba, cuando se ve inmerso en un asunto de honor y debe recuperar su casa y su honra, por lo que debe subir a la nao de Pedro de Alvarado. Como puso de relieve Pitronello, es una historia de aventuras con todos los elementos para captar la atención del lector, a la par que incluye todos los componentes que debe tener una novela histórica en cuanto a investigación, máxime cuando hay muy poca información de la expedición anterior a Hernán Cortés, por lo que le fue bastante difícil recabar información al autor.

Además, a lo largo de la jornada, la plaza Vázquez de Molina acogió uno de los apartados más esperados por el público del certamen: las recreaciones históricas, centradas en la Antigua Roma y en la guerra anglozulú. De esta última se recreó, concretamente, la batalla de Rorke’s Drift, un enfrentamiento épico en el que solo 150 ingleses defendieron una posición ante un ejército de nada menos que 3.000 guerreros zulúes. Y, por la tarde, tuvo lugar conocido como “Rapto de Gémina”.

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