Tras la pista del hereje anónimo

Investigan a un joven de Sabadell como presunto autor del ataque al Cristo de Medinaceli en Villanueva del Arzobispo

22 ago 2019 / 10:04 H.

La Guardia Civil estrecha el cerco al profanador de la imagen del Cristo de Medinaceli de Villanueva del Arzobispo, cuya imagen acoge el santuario de la Virgen de la Fuensanta. El individuo que el pasado 25 de julio accedió al templo, defecó dentro del mismo sin pudor alguno y esparció sus heces en la talla del Cristo, podría ser un joven de 18 años que reside en Sabadell (Barcelona), según se reveló ayer desde la Guardia Civil, que se encarga de la investigación del caso tras la denuncia presentada por varios miembros de la Cofradía de la Virgen de la Fuensanta el mismo día del suceso.

El suceso causó estupor en la sociedad villanovense y dejó boquiabierta a toda la provincia —no en vano, la repercusión de la profanación llegó a niveles tan altos que hasta la prensa nacional se hizo eco de la misma—. La pista clave para que los agentes del Instituto Armado pudieran comenzar a tirar del hilo para identificar al autor del desagradable suceso fue un vídeo, el que quedó registrado en el sistema de seguridad del templo y en el que se muestra la sucesión de los hechos. Al mismo, además, pudo tener acceso Diario JAÉN. Gracias al mismo, la Guardia Civil pudo comprobar que el individuo debía tener entre 18 y 22 años, que tenía barba y el pelo largo y que vestía una camiseta de color negro. Con esta descripción y con las imágenes en la mano, un aspecto quedó claro desde el primer momento: el sujeto no era nadie conocido ni en Villanueva del Arzobispo ni en municipios cercanos. Tomando como base estos primeros datos, la Guardia Civil continuó sus labores de investigación hasta localizar el supuesto vehículo en el que el sospechoso abandonó el santuario. Como propietaria del mismo figuraba el nombre de una mujer con domicilio en Sabadell.

Los siguientes trabajos de investigación llevaron a los agentes de la Benemérita a concluir, el pasado martes, que el autor de los hechos podría ser el hijo de la dueña del coche, de 18 años. Así, la búsqueda pasó a manos de la Guardia Civil de la Comandancia de Barcelona, que se encarga ahora de investigar a este individuo como presunto autor de un delito contra los sentimientos religiosos.

POSIBLE CASTIGO. En el Código Penal son cinco los artículos —del 522 al 526, incluidos en la sección 22, que se dedica a los delitos contra la libertad de conciencia, los sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos— en los que se reflejan penas de cárcel o multas para aquellas personas que atenten contra los sentimientos religiosos de diversas formas. Estos reflejan que se castigará a las personas que usen la violencia para impedir la práctica de actos propios de cualquier religión, así como las que ofendan “públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento” a los miembros de una confesión religiosa. Sin embargo, en este caso, sería el artículo 524 el que debería aplicarse a la hora de juzgar al autor de los hechos en Villanueva del Arzobispo, una vez detenido. Según dicho artículo, “el que en templo, lugar destinado al culto o ceremonias religiosas ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses”.

UN VÍDEO QUE PROVOCA ASOMBRO

La grabación de seguridad a la que ha tenido acceso Diario JAÉN y que muestra al joven defecando en el santuario de la Virgen de la Fuensanta, cuando menos, no deja indiferente a nadie. Son sólo 30 segundos de vídeo, pero ese tiempo sirve para mostrar cómo, con una tranquilidad pasmosa, el sujeto entra al interior del templo, se acerca a la zona del altar, comprueba que nadie le observa y expele sus heces antes de irse.

INDIGNACIÓN TRAS CONOCER LA NOTICIA

Los usuarios de Diario JAÉN no dudaron en condenar los hechos en cuanto este periódico se hizo eco de los mismos en www.diariojaen.es y las redes sociales. La publicación contó con numerosos comentarios en los que no se daba crédito a la profanación de un templo tan popular y una talla tan querida en Villanueva del Arzobispo. Muchos de los mensajes también hablaban de una pérdida continua de respeto hacia las tradiciones.