Intensas jornadas de fe y devoción
El municipio encara tres días de festejos religiosos de enorme tradición y unión
Como cada año, los bañuscos están ya más que preparados para dar rienda suelta a su devoción durante las Fiestas de los Esclavos. Como aperitivo a estos días grandes, los vecinos pudieron participar en la novena, desde el 9 a la jornada de ayer, en el lugar habitual, la Parroquia de San Mateo. Una cita diaria que dio comienzo a las 19:00 horas con el rezo del Santo Rosario y que prosiguió con la misa oficiada en honor de la Virgen de la Encina. Como broche final a la novena, en la víspera de las fiestas es tradición entonar el canto de Salve a la Virgen, momento especial que marca casi el inicio de las fiestas.
En la jornada de hoy, los bañuscos se reencuentran con su querida Virgen, que volverá a salir a las calles esperando el encuentro con sus fieles. A las 20:00 horas la imagen partirá en procesión desde la parroquia y por su itinerario habitual, tras la celebración de la tradicional eucaristía en su homenaje. Una celebración con gran tradición que los vecinos del municipio aguardan con ilusión.
Los festejos religiosos continúan mañana, con la misa en honor de Jesús del Llano, a las 20:00 horas en su ermita, tras la cual la imagen será portada a hombros por las bellas calles de Baños de la Encina. Por si fuera poco, el sábado saldrá en procesión San Mateo, a la hora habitual y con salida de la parroquia, donde se llevará a cabo una misa en su honor. Todas las eucaristías serán oficiadas por Luis Juan Gallardo, párroco titular del municipio así como de Guarromán.
Se trata de tres días de emoción y fervor religioso por todo lo alto para los bañuscos, un breve paréntesis respecto al inicio de la rutina propia de este mes que les recuerda la importancia de conservar las tradiciones. Sin embargo, si por algo se caracterizan los vecinos del municipio es por las incansables muestras de cariño hacia su Virgen, a la que recientemente colmaron de rosas blancas en una ofrenda floral.
Tres imágenes especiales y tres procesiones consecutivas por el casco histórico. Todas ellas prometen congregar a un pueblo entregado a la devoción.