Tarde de manta, lluvia y granizo

El temporal “Gloria” llegó con ganas a la provincia. Tras activar las alertas naranja (en el este) y amarilla (en el sur), sorprendió a más municipios de los que en un principio se esperaban y, a los que ya tenían la vista en el cielo, también les dejó con las expectativas trastocadas. Ciertamente, nevó menos de lo que se pudo imaginar, pero de la lluvia y los granizos no fue tan fácil escaparse.

En la comarca de Las Villas, una de las zonas en alerta naranja, aunque el frío sí que se hizo notar con fuerza, la nieve no terminó de aparecer. En Villanueva del Arzobispo las lluvias se sucedieron desde la noche anterior, llegando a acumularse, ayer por la mañana, unos 8 litros por metro cuadrado, que seguirían aumentando a lo largo del día, pues las precipitaciones fueron intermitentes durante toda la jornada.

En el municipio vecino de Villacarrillo se experimentó, prácticamente, el mismo panorama. La ilusión por ver nevar no se vio satisfecha, pero sí cayó una generosa cantidad de lluvia (a falta de pan...). En Iznatoraf sí llegaron a verse algunos copos de nieve cuando se puso el sol, sobre las seis y media de la tarde, aunque no cuajó y se quedó, más que nada, en una capita de hielo en el suelo con la que había que tener cierto cuidado para no resbalar.

En la comarca del Alto Guadalquivir también se vieron los efectos de “Gloria”. A mediodía, en La Iruela, la lluvia se mantenía, pero con poca fuerza. Eso sí, las temperaturas no eran precisamente altas, entre 3 y 4 grados pasaron el almuerzo los irolenses. Aunque, por suerte, la sensación térmica era algo mayor, ya que no hacía mucho viento a esta hora.

Otra de las comarcas que dio la “bienvenida” a la nueva borrasca que afecta especialmente al sureste del país fue el Área Metropolitana, la cual estaba, según las previsiones meteorológicas de la Aemet, fuera de peligro por acumulaciones de nieve. Pero no dijeron nada de las precipitaciones. En Jaén capital, en torno a mediodía, también apareció una fuerte racha de lluvia que, en algunos puntos, pasó a convertirse en pequeñas bolas de granizo. El frío del ambiente hizo, además, que estas se acumularan en el suelo, dejando la impresión (para aquellos que quisieran verlo) de que había nevado un poquito. Pero no, era hielo. La lluvia amainó durante la tarde, apareciendo esporádicamente en algunos puntos de la ciudad, aunque no de forma llamativa.