Silvia Peña: “Es una pesadilla, pero gracias a Dios lo cuento”

La única vecina hospitalizada de Peal de Becerro ya está de alta médica y ahora afronta con fuerza su recuperación. Sintió miedo y da gracias por poder contarlo

22 jul 2021 / 20:05 H.
Ver comentarios

—Le han dado el alta...

—Sí, pero todavía estoy en el hospital. Estoy esperando a que venga la ambulancia y luego para casa. Lo tengo todo preparado para salir corriendo...

—¿Cómo se encuentra?

—Muy bien. Ayer estuve andando un poco por la habitación para ir fortaleciendo los pulmones poco a poco y muy bien; no me fatigo, a no ser que haga un esfuerzo grande, aunque aquí no puedo hacer esfuerzos en la habitación por mucho que quiera...

—¿Qué le ha dicho el médico?

—Que ahora reposo, que haga mi vida normal y que voy a saber hasta dónde puedo llegar. Es normal que me fatigue después de catorce días en la cama, pero que yo me voy a dar cuenta hasta dónde puedo llegar en el día a día y en el momento en que vea que me fatigo hay que reposar...

—¿Cómo ha sido este trance?

—Ha sido una pesadilla, como en un sueño. La primera noche fue como un mal sueño. Lo recuerdo como un lo hubiera soñado, aunque tengo constancia de lo que viví la noche que ingresé, que fue terrorífica, y los tres día posteriores también. Es una pesadilla que ha pasado y que gracias a Dios, sobre todo, lo puedo contar, porque tenía mucho miedo los primeros días. Tosía lo más mínimo y notaba como que se me partía el pulmón por dentro...

—¿Cuál fue el peor momento?

—El ingreso, llegar a Úbeda sola sin nadie que me acompañara, me mareé un poco con las pruebas porque soy aprensiva, también el verte sola es muy duro. Mis padres estaban a más de 200 kilómetros pasando la cuarentena; mi hija y mi pareja en casa y estaba sin batería en el móvil hasta que la maña siguiente me la trajo mi cuñado. Fue terrorífico ese primer día, y el día siguiente también, no podía ni parpadear, no tenía fuerzas para nada...

—¿Y el mejor?

—Hoy, por supuesto, cuando me han dicho que me daban el alta y, además, es el santo de mi niña, Daniela, más tarde o temprano voy a poder estar con ella hoy en el día de su santo...

—Después de este tiempo en el hospital, ¿qué opinión, qué sentimientos se lleva del personal sanitario?

—No tengo palabras para expresar lo que siento y de cómo me han tratado. Han estado volcados conmigo y con otros pacientes, porque lo hacen lo mismo con todos. Son excelentísimas personas; conmigo increíble, todos, sanitarios limpiadoras todos me han dado un cariño increíble.

—Peal mejora y usted de alta...

—Sí, va mejorando, que es lo que se merece Peal, por un traspiés no debe estar en el ojo del huracán. Volveremos poco a poco a la normalidad.

—¿Qué les diría a los llamados negacionistas?

—Yo les digo, hablando claro, que no sean becerros, porque esto existe. Al principio podías creer que era un asunto raro, porque lo pillo yo y mi pareja que está conmigo durmiendo no; qué raro, pero existe. Ahora que lo estoy contando es cuando me doy cuenta de la gravedad que tiene el asunto y pensar en todos los que se han quedado en el camino. Animo mucho a todo el mundo a seguir adelante con cuidado y siendo conscientes; así saldremos de esta poco a poco.

Provincia