Siglos de devoción al patrón

La fiesta de San Marcos es una de las fechas más destacadas del calendario

26 abr 2018 / 17:26 H.

Las plagas no volverán a sacudir las tierras de Canena, un año más, gracias a la bendición de San Marcos. Las fiestas de este municipio jiennense en honor de su patrón se vivieron con unas condiciones meteorológicas inmejorables en su día grande. Todos los caneneros se echaron a la calle para celebrar una tradición que viene del siglo XVII.

La memoria histórica de este pueblo, en gran parte perdida por el paso del tiempo, cuenta que hace más de 400 años una feroz plaga de langostas asoló por completo las tierras jiennenses y que solo cuando los caneneros procesionaron a San Marcos por sus calles terminó la devastación de sus cosechas. Desde entonces, los vecinos de este acogedor municipio rinden tributo a su patrón con unas fiestas en las que bendicen sus tierras para que los “dichos” de esta leyenda no vuelvan a repetirse. Así, el 25 de abril es declarado fiesta local en honor del Santo Evangelista.

A las 12:00 horas comenzó la solemne eucaristía presidida por la imagen de San Marcos al lado del altar de una iglesia de Nuestra Señora de la Concepción a rebosar. Minutos antes la Asociación Musical de Canena advertía en las puertas del templo de la llegada de los piostres de este año, 15 vecinos voluntarios de unas nueve familias del pueblo. La misa finalizó entre vítores al santo y con un sentido aplauso de todos los devotos que salieron poco a poco a esperar en el pórtico principal la salida de su patrón en el desfile procesional. Cuando la banda de música entonó el himno de España, todas las cámaras apuntaban a la imagen de San Marcos, que ya portaba en las cuatro esquinas de su trono los “roscos de la caridad”. Bajo un sol que llegó por momentos a calentar en exceso, todos los fieles acompañaron a San Marcos hasta el límite entre el municipio y los campos que lo rodean para que el párroco pudiera bendecir la tierra como manda la tradición.

Una vez encerrada de nuevo la imagen del patrón en el templo, la cola de vecinos en la denominada Sala de la Caridad era ya incontable. Para este año, los piostres prepararon 9.000 roscos para repartirlos entre todos los que acudieron a la casa de uno de los hermanos mayores. Por el temor de que en estas fiestas fuera el Ayuntamiento el lugar de acogida de la Sala de la Caridad —al no haber todavía en Semana Santa piostre establecido—, estos 15 vecinos dieron un paso al frente y cogieron el pequeño baúl en el que se guardan las telas para adornar esta habitación en la que se albergará durante todo el año la pequeña imagen de San Marcos para bendecir ese hogar y los roscos de la caridad. Durante todo el día llegaron más vecinos a esta sala para recibir su pan bendecido.