Sergio Rodríguez, un ingeniero de éxito en Estados Unidos

Un ejemplo de joven brillante y con iniciativa. Sergio Rodríguez Álvarez cambió su tranquilo pueblo na- tal, Torres de Albanchez, por el bullicio de la populosa Miami (Estados Unidos), las tierras serranas limítrofes con Albacete por un territorio tropical. Desde hace unos meses, ha empezado una nueva etapa, afincarse en la ciudad de Atlanta, capital de Georgia.

¿Cómo ha conseguido todo esto el torreño, de solo veintitrés años? Relata, que, aún con diecisiete, cuando afrontaba la recta final de primero de Bachillerato en los Maristas de Jaén, buscó becas para estudiar en el extranjero. Así, consiguió una oportunidad para formarse en la Embry-Riddle Aeronautical University, situada en la población de Daytona. Allí culminó la carrera de Ingeniería Aeroespacial, una disciplina muy desarrollada, dada la proximidad con Cabo Cañaveral. Rodríguez precisa que ya había hecho bastantes viajes con su familia, por el choque cultural no fue tan grande. En el campus coincidió con gentes de múltiples países, como Taiwán, Francia o Argentina.

“Estudiar en Estados Unidos me ha supuesto un enorme crecimiento cultural”, resalta. En este sentido, indica que el sistema americano es muy competitivo, de manera que quienes son foráneos no lo tienen precisamente fácil y necesitan experiencia e implicación. De estos seis años, ha estado en Norteamérica siempre, siempre un paréntesis, antes de acabar la carrera, en el que tuvo ocasión de realizar unas prácticas con Airbus en Reino Unido. Esto le facilitó incorporarse en la multinacional alemana Porsche, donde comenzó con una especie de beca para labores de consultoría. De esta manera, ha escalado puestos, de ahí su traslado hasta Georgia. Su trabajo no está relacionado con el automóvil, sino con la provisión de asesoría desde el departamento aeronáutico, para diferentes compañías importantes.

De Estados Unidos, certifica su carácter de crisol cultural. De hecho, hay personas de múltiples naciones, con las que, a menudo congenia y siente empatía. De los estadounidenses autóctonos resalta que suele ser gente que va a lo suyo. Existe un gran dinamismo económico, lo que se traduce en oportunidades para crecer en el plano personal y laboral. Vivir en Norteamérica hace que haya madurado y sea consciente de la realidad. “Doy mucha más importancia a las cosas pequeñitas, como salir a echar una cerveza, o dar un paseo en el campo, que es todo un lujo”, manifiesta el ingeniero aeroespacial.

Florida destaca por su estatus económico y sus numerosos atractivos. Cuenta con un clima tropical, con mucha humedad. Las temperaturas no suelen ser extremas, de manera que el frío es prácticamente desconocido, así como el calor sofocante. La situación, según la época del año va basculando entre la primavera y el verano. De Atlanta, donde lleva poco tiempo, resalta que sí tiene un clima más similar al europeo, con cuatro estaciones. Se trata de una ciudad conocida por haber acogido los Juegos Olímpicos de 1996. Situada en el interior oriental de Estados Unidos, es un lugar fundado en el siglo XIX con una oferta increíble en cuanto a deportes, espectáculos y otras manifestaciones culturales, además de presentar un gran crecimiento económico. De hecho, esas oportunidades de trabajar y de desarrollarse son un gran atractivo.

Durante sus años en Florida, señala Sergio Rodríguez, no ha conocido a nadie de Jaén. Sin embargo, él se encarga de destacar que la provincia produce el 80% aceite mundial. Eso sí, indica que hasta ha llegada la fama de Ginés, el célebre “instragrammer de los bocadillos”.