Sentimiento puro con las actuaciones de Lela Soto y Antonio Malena en La Vicaría

Repaso de los cantos de Jerez en una noche brillante de arte enmarcada en el Festival Sonidos Blancos, Sonidos Negros

25 sep 2023 / 06:00 H.
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Lela Soto y Antonio Malena marcaron una noche de arte y sentimiento en estado puro con una actuación brillante. El día 23, a las 20:30 horas el patio del Museo del Aceite de la Vicaría (Puente de Génave) esperaba, completo de gente, la voz de la cantaora Lela Soto Sordera y el acompañamiento de las notas musicales de la guitarra de Antonio Malena —procedente de una casta familiar histórica dentro del mundo del flamenco—. Durante más de una hora, los artistas hicieron un repaso a los cantes de Jerez y concretamente de los de la familia Sordera. La artista es la más joven de esta familia de tradición flamenca conocida en el mundo entero. Su padre, Vicente Soto “Sordera”, y su madre, Luisa Heredia, bailaora, le han transmitido desde pequeña la esencia y el amor por el flamenco. Lela es además sobrina de artistas de la talla de José Mercé, José Soto “Sorderita” o Enrique Soto, por parte de su padre, y de Ray Heredia o Enrique de Melchor, por parte de su madre. Su padre es un cantaor internacional que en los años 70 fue pionero al cantar a los grandes poetas como Rubén Darío, algo que le provocó muchas criticas dentro de la ortodoxia flamenca, que no entendió esta manera de hacer flamenco, como no entendieron a Camarón, ni a Enrique Morente. Una noche redonda cargada de arte con compás.

Esta actuación se enmarca dentro del Festival Sonidos Blancos, Sonidos Negros, que organiza la Asociación Flamenca de la Sierra de Segura, y presenta una programación completa de conferencias y actuaciones del más alto nivel del flamenco. “Son gente joven de las que estamos apostando porque vemos la evolución, transmiten mucho sentimiento”, explica el presidente de la Asociación, Miguel Heredia. “Lo que buscamos son conciertos íntimos, hacemos los espectáculos con un máximo de 100 personas, tuvimos un aforo completo, intentamos que no se usen los teléfonos móviles para que se disfrute y se sienta al máximo de la actuación”, señala. Después de cada acto, cuenta Heredia, se quedan un rato a charlar sobre lo qué han vivido, a cenar y servir de anfitriones dando cuenta de la característica marca de Sierra de Segura, como es el oro líquido.

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