Señor que da vida a sus fieles

Los belmoralenses se unen en la procesión y los demás actos en honor del patrón

01 dic 2019 / 16:11 H.
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El Señor de la Vida, patrón de Bélmez de la Moraleda, fue arropado, una vez más por sus fieles. La imagen, que concita el interés en primavera con motivo de la romería de Bélmez y en verano durante la feria, vuelve a salir a la calle, como cada año, con motivo de la festividad de San Andrés. Los actos fueron sencillos, pero repleto de sentimiento.

El día principal estuvo precedido de un triduo, con misas de tardes presididas, de manera sucesiva, por los sacerdotes Juan Carlos Córdoba, José Navarrete y Juan Pedro Moya. Las ceremonias fueron ofrecidas, respectivamente, por los agentes de pastoral de la parroquia, los niños de catequesis y los difuntos de la hermandad. Cada tarde se realizó una ofrenda floral al bendito cuadro. Antes de cada una se rezó el rosario. El viernes se celebró en las dependencias del restaurante Sierra Mágina una cena en honor del patrón belmoralense.

La jornada principal comenzó con una alborada en la que se lanzaron cohetes mientras repicaban las campanas. A partir de las doce del mediodía se ofició, en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz una solemne eucaristía. La presidió el párroco, José Manuel Pancorbo. El templo se llenó. Por otro lado, se instalaron hinchables para los niños. A las dos de la tarde, la calle Concejo, una de las principales del pequeño municipio acogió a decenas de personas, que disfrutaron de la invitación ofrecida por el Ayuntamiento con motivo de la fiesta y amenizada por música en directo.

El culmen de los actos en honor del Señor de la Vida llegaron a las seis y media de la tarde. De la iglesia salió la procesión, con un recorrido por las principales calles belmoralenses. La banda de la Asociación Cultural de Amigos de la Música, Nuestra Señora de la Paz, amenizó el itinerario con sucesivas marchas. Dentro de la comitiva desfilaron, aparte del párroco, el alcalde, Pedro Justicia, y el juez de Paz, Francisco Guerrero. La imagen fue trasladadas sobre ruedas, lo que supuso un esfuerzo para los portadores. Dada la orografía del casco urbano de Bélmez de la Moraleda, los portadores tenían que emplearse a fondos para llevar al Señor de la Vida en las subidas y poner cuidado para frenarla en los pronunciados descensos. Entre quienes colaboraron había tanto hombres como mujeres y algunos menos también quisieron poner su granito de arena.

Justo en la Plaza Nueva se hizo una parada. A unos metros del Ayuntamiento se procedió a la quema de una colección de fuegos artificiales, lo que dio lugar a un espectáculo que deleitó a vecinos y visitantes durante varios minutos. Se encargó de la actividad Pirotecnia Virgen de Lorite, de Lupión. A partir de ahí, el cortejo emprendió la subida de la última cuesta, hasta desembocar en el templo. El Cristo entró entre los compases del himno nacional.

Pedro Justicia explica, en declaraciones a Diario JAÉN, que fue una jornada con mucha gente al coincidir el principio del fin de semana con cielos despejados y temperatura agradables. “Ha habido un ambiente muy bonito, con cantidad de vecinos y visitantes”, manifiesta. Como ejemplo pone lo llena que estaba la calle durante la invitación a mediodía, así como la afluencia de devotos a la misa y a la procesión vespertina.

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