Santiago de Calatrava se llena de cante, baile y flores al paso de San Isidro Labrador
Los santiagueños demuestran su devoción al santo para que sus olivares prosperen otro año más

Florecen los olivares en el mar verde que rodea Santiago de Calatrava, y los olivareros susurran a sus cosechas para que el verano sea benévolo con ellas. Miran al cielo, ese que tanto a descargado en beneficio de la sedienta tierra, y vuelven su mirada hacia él, quien oyó sus plegarias. El mismo que tiene a la Andalucía agrícola orándole, San Isidro Labrador, informa Pablo Espinosa Luna.
Amaneció con el cielo raso en Santiago de Calatrava, pero pronto llegaron esas nubes que hacen torcer el gesto a los romeros, aunque fuera solo un espejismo. En la parroquia de Nuestra Señora de la Estrella, el pastor Manuel Jesús Casado, ofició la santa misa en honor de San Isidro, que pese a no ser el patrón de los santiagueños, pidió prestado el trono, por un día, al protector perpetuo del municipio de La Campiña: San Sebastián. Tras la eucaristía, San Isidro salió del templo a hombros, siendo esperado fuera por el coro “Virgen de la Cabeza” de Luque. Sevillanas para emprender el camino, cante, baile, palmas y vítores en honor del Labrador, y la plaza de la Constitución abarrotada. Se inició el tránsito hacia la ermita por las calles de Santiago de Calatrava, y poco a poco, los carros y carrillos fueron haciendo cola para procesionar tras los pasos de San Isidro.
A través de la calle Blas Infante y la J-211 transcurrió la peregrinación hasta llegar al Paraje “El Caño”. No cesaron los sones romeros, a los que se unieron los ofrecimientos entre vecinos para llenar el estómago y calmar la sed.
Se dilató mucho la comitiva de carros, algo que hizo que los últimos llegaran a la arboleda de “El Caño” una vez el santo ya estuvo velado y descansando en su ermita. Pero nada importó, pues el sol radiante arengó a los santiagueños al hermanamiento, admirando ese bosque de olivares que San Isidro convierte en sustento.