“Salud Bendita”: un documental de la pasión que envuelve al Cristo de la Salud de Villargordo

Francisco Jiménez Delgado, cofrade de la hermandad villargordeña, recoge la historia de la cofradía que ha sido homenajeada con este audiovisual de Diario JAÉN

11 sep 2024 / 17:09 H.
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Uniendo sus felicitaciones y gozo con motivo de la celebración del 175 de la fundación de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud y la celebración el próximo sábado de la imposición del bastón de alcalde mayor perpetuo a su imagen ante cientos de villargordeños y villargordeñas y otros tantos de autoridades y cofradías de la provincia y de Andalucía, Diario JAÉN, ha querido unir sus sentimientos con el regalo precioso de un documental que recoge estampas añejas de otros tiempos, la procesión de bajada y subida de este año y la procesión extraordinaria del pasado 25 de julio, donde por vez primera en la historia, las mujeres villargordeñas portaron emocionadas a la imagen de su “Señor de la Salud”. Pero la devoción al Cristo de la Salud nos viene desde mucho más atrás, hay que hundir las raíces en la propia historia de este pueblo, de su historia fundacional y su propia historia religiosa y devocional.

Los primeros pobladores de este entorno, se encontraban diseminados en distintas “alquerías” o cortijadas que fueron cristianizadas directamente por el obispo Eufrasio que tenía su sede episcopal en Iliturgi, a escasa distancia de Villargordo, en la Encomienda de Máquiz, cerca de Mengíbar. En el año 330, el presbítero Maurus asiste al Concilio de Elvira, representando a la sede de Iliturgi, considerando esta como una “Iglesia Adulta”. Tras la Batalla de las Navas de Tolosa y repartidos los territorios entre los participantes en el año 1311, se reagrupa una población como “Aldea de Villalgordo, Villagurda o Villargordo” que significa lugar rico y abundante. En ese mismo año ya hay una referencia como “primitiva parroquia rural”. En el Sinodal de 1511 aparece la “yglesia de Vilar gordo ay un priorazgo”. En 1573 se acaba la obra y la capilla y el altar, bajo el episcopado de Francisco Delgado; la iglesia bajo el mecenazgo y señorío de los Torres y Portugal siempre estuvo asistida por dos clérigos sacerdotes, un prior y un presbítero y dos sacristanes uno mayor y otro menor. En 1893 adquiere rango de parroquia propia independiente con el decreto del entonces obispo Manuel María León González Sánchez.

El siglo XVI supone una etapa de bonanza para Villargordo, sobre todo, por la gran cantidad de ganado y producción lanar que se vendía por su calidad por todo el Reino de España. Sin embargo, el XVII estuvo inmerso de epidemias, sequías, hambrunas y plagas, sobre todo la gran epidemia de 1606. Así, el Cabildo de Jaén, en sus actas capitulares de 6 de mayo de 1606 expresa lo siguiente: “Se pregone la Salud que Dios ha servido dar a la ciudad y pueblos de Jaén, tocándose trompetas y chirimías pregonando la Salud por las calles”. Entre los años 1650 y 1680 los vecinos de Villargordo construyen una ermita dedicada a Santa Ana a extramuros del pueblo, situada en un lugar alto que dominara a la vecindad y se encarga la imagen del Cristo de la Salud que según los expertos puede atribuirse al escultor afincado en Jaén, Juan de España, con un estilo de renacimiento tardío y estilismos protobarrocos. El Cristo de la Salud se convirtió en consuelo, frente a las miserias y calamidades de la población.

La epidemia de 1834

Un hecho relevante lo supuso la atroz epidemia de Cólera Morbo de 1834, que entrando por Sevilla se expandió por toda Andalucía llegando a Jaén en junio de ese mismo año. En Villargordo afectó a varones, sobre todo jóvenes. Llegando las fiestas de Santiago y Santa Ana estando confinada toda la población, los vecinos decidieron sacar en procesión de rogativas al Cristo de la Salud, para celebrar un trisagio de rogativas en la parroquia. Al pasar la imagen por el lazareto de apestados, los enfermos sanaron y los habitantes de Villargordo dejaron de morir. Por este motivo, desde entonces decidieron bajar al Cristo de la Salud todos los años por Santiago para darle gracias por este hecho. Tal fue la devoción y arraigo de la imagen que el entonces párroco de Villargordo, Rodrigo Sevilla, y un grupo de vecinos deciden fundar una cofradía para regular los cultos y procesiones, ratificando sus estatutos el entonces obispo de la diócesis de Jaén José Escolano Fenoy, un 11 de julio de el año 1849.

El salvamento de la imagen

Otro hecho relevante lo constituye la acción valiente de cómo un grupo de vecinos y vecinas de Villargordo, devotos de la imagen, aún arriesgando sus propias vidas, pudieron salvar la imagen del Cristo de la Salud. Quemadas todas las imágenes de la parroquia, sus retablos y destruido el importante archivo parroquial, la imagen del Cristo de la Salud permanecía intacta en su ermita, nadie se atrevía a tocarla. Llegados los refugiados de Porcuna y Espejo, en septiembre de 1936, la ermita se convirtió en cárcel, siendo la imagen del Cristo de la Salud lo último que vieron aquellos 12 villargordeños en la madrugada del 25 de septiembre de 1936 que fueron fusilados en Arroyo Salado, en el término de Mengíbar, siendo uno de ellos el médico Pedro María Sandoica y Granados que se encuentra en el proceso diocesano para la beatificación de Manuel Izquierdo Izquierdo y otros 129 compañeros mártires.

Juan García Moreno “El Bandido”, alcalde republicano de Villargordo, que poseía las llaves de la ermita le indicó al guarda forestal Blas Martos García “El de los Llanos”, que el Cristo de la Salud se encontraba decapitado sin cabeza en el corralillo de la ermita. Ambos idearon un plan e introducida la imagen en un saco fue llevada hasta el Cortijo de los Llanos, ante el asombro y complicidad de su mujer María Dolores Jiménez Moral. Al ser llamado el de los Llanos a filas deciden trasladar la imagen a casa de Luis Jiménez Aranda, “El Secretario”, que en ese momento era hermano mayor de la cofradía. En su casa de la carretera prepararon un hueco en el suelo en la leñera. Luis, con su sobrino Manuel Jiménez Moral, fueron hasta el cortijo para trasladarlo a su domicilio donde le esperaba su sobrina María Jiménez Moral.

Una de las protagonistas, la mencionada María Jiménez, indicó que la luna llena era tan plena que parecía de día. Justo al salir sus familiares a recoger el Cristo, una nube oscureció la noche pudiendo sortear los dos cuarteles de milicianos que estaban apostados en el pueblo. Una vez en la casa, el Cristo de la Salud fue envuelto en una sábana dentro de una bañera de zinc cubierta de trigo, poniendo leña hasta llegar al techo. Todas las noches colocaba una mariposa de aceite al lado del escondite del Cristo. Otra protagonista fue la mujer del alcalde Inés Aranda Jiménez. Finalizada la contienda civil, la alegría y emoción y lágrimas fueron abundantes pues la imagen del Cristo de la Salud pudo ser salvada. Así las cosas, este documental que será presentado hoy ante sus fieles devotos recoge la historia, la devoción y el amor que el pueblo de Villargordo ha demostrado a su pequeña imagen del Cristo Crucificado de la Salud. Será en la Plaza de la Constitución, “El Paseo”, a las 21:30 horas, el mismo lugar que será el entorno donde se desarrollen todos los actos institucionales y religiosos que concluirán este mismo sábado 14 de septiembre.

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