Salida histórica en Fuerte del Rey

Para ver a la Virgen del Rosario en las calles fuerterreñas, normalmente hay que esperar al tercer domingo de agosto, cuando se la celebra como solo saben hacerlo los hijos de este municipio. Pero toda norma tiene su excepción, y el sábado regaló la presencia de la Señora bajo el cielo del pueblo a quienes tuvieron el privilegio de asistir a una cita extraordinaria con Ella. Sí, un encuentro histórico, justificado por el acto de bendición de la nueva casa de hermandad de la Cofradía de la Virgen del Rosario, que tras más de un año de trabajo y esfuerzos abrió sus puertas y recibió la anhelada bendición de sus instalaciones. Desde el templo de la Natividad, un cortejo acompañó a la Madre de Dios hasta la entrada del local, donde fue acogida por una banda infantil que interpretó la salve popular a Ella dedicada. El párroco fuerterreño, Manuel García Morales, rodeado de cofrades, devotos y autoridades, bendijo la flamante sede social, un inmueble de dos plantas, con cien metros cuadrados en cada una de ellas, que acogerá el día a día de la devoción a la Virgen.

Posteriormente la comitiva devolvió a la Reina de Fuerte del Rey a la Natividad y, de nuevo en la casa de hermandad, la junta de gobierno ofreció una paella a los más de doscientos asistentes. “Todo salió a la perfección, se trataba de que el pueblo se volcara y se ha conseguido”, afirmó Manuel Campos, presidente del colectivo. Precisamente Campos y su directiva acudieron, a las siete de la tarde, a la misa en honor de la patrona, en la que se vivieron momentos muy emotivos, entre ellos la llegada de un grupo de peregrinos que, de camino hacia el Santuario de la Virgen de la Cabeza, gozaron de la hospitalidad de los fuerterreños el día más grande de sus últimos otoños. Una jornada histórica que permitió al pueblo venerar a la Virgen en sus calles por segunda vez el mismo año.