Rescatan a un lince herido gracias a un joven de Bailén

Bailén, diez de la mañana del pasado sábado. Miguel Ángel Montoro se dirigía a su olivar, próximo a la A-4 y a la empresa de embotellado de aove Cortijo Angulo, que se encuentra en la J-2320, entre el propio Bailén y Villanueva de la Reina. Cerca de sus terrenos, el joven distinguió la figura de un lince. Cabe destacar que se trata esta de una zona en la que esta especie está totalmente asentada. Al percatarse de la presencia humana, el animal huyó y se perdió entre los olivos. Era evidente que tenía dificultades para desplazarse. Lejos de olvidarse del asunto, Montoro decidió posponer la faena en el campo. Aquel lince necesitaba su ayuda.

Sin dudarlo, se puso en contacto vía telefónica con la Agencia de Medio Ambiente y Agua (Amaya) de Andalucía, dos de cuyos técnicos acudieron al mencionado lugar acompañados por un veterinario y un técnico de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Cumpliendo todas las medidas de seguridad decretadas a raíz de la crisis sanitaria del covid-19, emprendieron la búsqueda del animal, que concluyó a las dos horas. El lince estaba tuerto y tenía una herida en su lomo. Una vez capturado, en torno a las cuatro y media de la tarde, fue trasladado al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) “El Blanqueo”, en Pinos Genil (Granada), en el que hoy sigue recuperándose.

Los primeros análisis trajeron buenas noticias: el lince no padece leucemia felina, por lo que aún se trabaja para determinar las causas de sus lesiones: “Están todas las posibilidades abiertas”, indican desde Amaya. Entre estas posibilidades, que el animal quedara herido tras una pelea o que por culpa de su problema en la vista no pueda cazar y se desnutriera. Se descarta, eso sí, que fuera golpeado por un vehículo en la autovía. Gracias al patrón de manchas se supo que es el macho territorial de la zona y que tiene tres cachorros. De que pueda retomar su vida en libertad dependerá su evolución, que, de momento, es buena. Si lo consigue, tendrá mucho que agradecer a Miguel Ángel Montoro, un joven aspirante a guarda rural y amante de los animales, algo que demostró, no con palabras, sino con hechos, el pasado sábado.