Profesión de fe a La Morenita en Torreblascopedro

Francisco Casas maravilla con su pregón en honor de la Virgen de la Cabeza

09 jun 2025 / 09:22 H.
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Aunque lleva desde niño fuera, Francisco Casas nunca ha perdido el contacto con Torreblascopedro, su pueblo. En él tiene vivienda, tierra, familiares y muchos amigos. Uno de los fuertes lazos con su patria chica del escritor y colaborador de Diario JAÉN es la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza. Por eso no podía negarse a pronunciar el pregón en honor de La Morenita.

El teatro municipal torreño lució como en las mejores ocasiones, con un numeroso público expectante de escuchar un intervención que no defraudó. El vigésimo pregón se abrió con una intervención de la presidenta de la cofradía, Isabel Martínez. Después, la adjunta a la Dirección de Diario JAÉN, Manuela Rosa, presentó al protagonista de la velada. La periodista, que conoce a Casas desde hace años, glosó su figura. Aparte de repasar su polifacética trayectoria vital y literaria, Rosa puso el acento en la vinculación con el municipio de La Loma en el que vino al mundo. “Paco Casas siempre lleva con honra su condición de torreño: quiere a su pueblo y aprecia en lo que vale a su vecindario. Es, pese a la distancia, uno más de la comunidad y hoy, con su pregón a Nuestra Señora de la Cabeza, elegido con acierto por su cofradía, quiere dar testimonio de todo, desde el árbol de la fe que emana de la religiosidad popular a las raíces que lo anclan aquí, donde nació fruto del amor de José y Paquita y donde se crió junto con su hermano Cristóbal”, afirmó.

El discurso de Casas dejó el pabellón bien alto en esta vigésima edición del pregón. Con una emoción y unos sentimientos a flor de piel, se ganó a los presentes, con unas palabras medidas y engarzadas de forma ágil, sin que faltara ni poesía. Tras dar las gracias a la cofradía y a la presentadora y admitir que estaba abrumado, el creador de obras bibliográficas como las dedicadas a Don Picoco de los Cerros, entró en materia. “Hoy ha llegado el momento de ofrecerle esta pequeña muestra de sentimientos, hechos y oraciones que espero sean compartidas por todos y se conviertan en un ramo de flores que ponemos a sus plantas para celebrar el inicio de su fiesta, que es una semana de agradecimiento colectivo a la Morenita por los favores que nos concede una y otra vez a lo largo de nuestra vida. La fiesta es un alto en el camino para decirle ‘Gracias Señora”, dijo en referencia a La Morenita y a sus devotos.

También evocó su prolongada ligazón con la romería, que se remonta a la primera vez lo llevaron sus padres, cuando era un niño que no había cumplido tres años. Compartió con sus paisanos la dicha de ser cofrade y torreño. Después trazó datos y fechas para recorrer la historia del colectivo durante las últimas décadas, con especial mención al sacerdote Juan Rubio, que fue pregonero asimismo. También desgranó vivencias en torno al santuario de Andújar. El discurso estuvo impregnado de una profesión de fe torreña. “Ahora quiero afirmar y repetir una vez más que soy un torreño y os hablo como lo que soy, un hijo de este pueblo que durante toda mi vida me he sentido orgulloso de esta identidad que he proclamado siempre a propios y extraños”, reivindicó.

Tras su discurso, actuó el grupo flamenco Desvarío. Tras el acto, devotos acompañaron a la emblemática imagen mariana en la calle.

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