Olivareros precoces en Los Villares

Un año más, y ya van más de diez, algunos de los ciudadanos de corta edad de Los Villares se empaparon de la cultura tradicional de la recolección de aceituna, gracias a la iniciativa impulsada desde la Escuela Infantil San Juan Bautista, con la colaboración del Ayuntamiento villariego. Fue ayer, antes de que acabara una campaña que ya da sus últimos coletazos, cuando 38 niños de entre 2 y 3 años, los más mayores del centro, vivieron su primera experiencia de recolección, si bien se trata esta, sin duda, de un saber que, aunque aún de forma moderada, corre por sus venas desde su nacimiento.

Ataviados con la ropa jornalera más tradicional —ellas, con sus pañuelos y tocas; ellos, con sus gorras y chalecos—, estos cerca de cuarenta pequeños villariegos, repartidos en tres clases, salieron sobre las 10:30 horas al patio de su escuela, cuyo jardín cuenta con un olivo. Allí, equipados con varas y espuertas, y alentados por maestros y familiares, que, un año más, se volcaron con la iniciativa, comenzaron a varear el olivo y a recoger sus frutos.

En torno a las 11:00 horas, un autobús fletado por el Ayuntamiento villariego llevó a niños y familiares hasta las instalaciones de la Sociedad Cooperativa Andaluza Sierra de La Pandera. Cada año es una almazara diferente del municipio la que acoge la actividad para, así, conseguir que la participación se extienda, cada año, al mayor número de rincones posibles del municipio. Al respecto, cabe señalar que tanto la escuela como el Ayuntamiento son socios de todas las almazaras locales.

En “La Pandera”, sus responsables y trabajadores cedieron a la comunidad educativa de San Juan Bautista una tolva para que los pequeños pudieran descargar las aceitunas recolectadas con la ayuda de los profesionales, que les enseñaron todo el proceso al que se someten las aceitunas en las cooperativas, desde su pesado —este año, los niños, ayudados por los responsables de “La Pandera”, recogieron 57 kilos de picual— hasta la extracción del aceite. Tras ello, alumnos, maestros y familiares completaron una visita guiada por las instalaciones de la almazara y, para finalizar la actividad, degustaron un suculento desayuno con pan y aceite.

“Pretendemos que los niños conozcan su entorno más próximo y que se familiaricen los antes posible con la cultura oleícola”, explicó la directora de la Escuela Infantil San Juan Bautista, Rosa Hidalgo, que, al respecto, añadió que los responsables del centro siempre han recibido la ayuda del Ayuntamiento para llevar a cabo tan especial y singular iniciativa: “Desde que comenzamos a hacer esta actividad, ninguna Corporación Municipal nos ha puesto impedimento alguno para continuar organizándola cada año”. Además, Hidalgo explicó que la municipal y la de las almazaras no son los únicos apoyos con los que cuenta la escuela en este sentido: “Los padres, madres, abuelos y abuelas también colaboran mucho, e incluso algunos padres se piden el día libre para poder participar en la iniciativa. Este año, además, me he emocionado mucho al ver cómo se han volcado todos para hacerla posible una vez más”.