“No me siento tan importante, cualquier joven tendría mi actitud”
“La verdad es que no me siento tan importante. Creo que cualquier persona que le ocurriese lo mismo tendría mi actitud”. Estas fueron las palabras de la jiennense Laura López tras conocer, de la mano de su padre Manuel, el galardón de Diario JAÉN como “Ejemplo de Superación”. Y es que pese a que la joven le quita importancia y se llena de humildad lo suyo ha sido un reto constante. Salió del coma, —tras nueve angustiosos meses—, en el que cayó por una hemorragia cerebral (en 2010) y que meses después, no solo despertó de su largo sueño sino que, con el paso del tiempo, ha experimentado una recuperación espectacular. “Ahora incluso se va de fiesta con sus amigas, al cine o al parque, que le gusta mucho”, afirma su madre, Encarna Montiel, quien añade que continúa su recuperación en el Centro de Daño Cerebral Adquirido de la capital, donde acude diariamente. “A ellos doy las gracias por tratarme tan bien y ayudarme siempre”, confiesa la jiennense.
Es ejemplo de fuerza, valentía y ganas de salir adelante. Llena de vitalidad, más que nunca, prosigue hoy en día con una lucha sin tregua para superar los lastres que aún le impiden hacer una vida normal. Y para llegar hasta aquí no solo ha sido importante su grandísimo tesón, que también, sino el de su familia, que nunca tiró la toalla pese a los largos y áridos meses en los que su mirada estaba perdida en el horizonte, además, por supuesto, de unos cuidados médicos en los que el personal sanitario, tanto médicos como enfermeros, han dado y siguen dando la talla, sobre todo ahora, cuando la rehabilitación supone el principal caballo de batalla de la joven para avanzar en la costosa recuperación.
El impactante caso de Laura López puede servir de acicate para quienes atraviesen por una complicada enfermedad, como ejemplo de que incluso los peores reveses es posible llegar a superarlos. En tiempos como los actuales, cargados de tragedias cotidianas, supone un rayo de luz relatar la experiencia vital de personas como la jiennense. Cuentos con final feliz que son reales, de carne y hueso, y que dan fe de que el esfuerzo, por duro que sea en ocasiones, tiene recompensa.