Muere Nica, uno de los últimos serranos
Vivía en el campo y del campo como pastor, igual que todos sus antepasados, y una concatenación de adversidades “administrativas” se lo lleva para siempre
Entre todos lo mataron y él solo se murió”, un refrán español que condensa tragedia y que sirve para explicar hasta el más mínimo detalle la muerte de Nica, uno de los últimos serranos de Segura y de todo el Parque Natural. Esta es la historia triste y trágica que contar: Coge Nicanor Sánchez Fuentes un resfriado por los Reyes que no se medica siendo fumador empedernido y los pulmones se le van achicando, hasta que el sábado 13 de enero, su sobrina lo encuentra semiconsciente en el cortijo en el que vivía. Lo que sucede después es un cúmulo de adversidades “administrativas”, de ahora y de siempre, que el penar de los roblehondenses es de largo recorrido. Más de 4 horas esperando un helicóptero, porque el “protocolo” del 112 debe confirmar certeza y gravedad para la extracción aérea y allí, alejados del mundo, impera la incomunicación total. Entre tanto, una pregunta: ¿Por qué no fue evacuado en coche? Ninguna Administración pública andaluza, sea del color que sea, ha permitido hacer una pista forestal hasta estos cortijos donde viven 5 personas. Tras la llegada, a pie, de la Guardia Civil de Quesada, viaja el helicóptero pero no sabe dónde aterrizar... Nica entra en parada cardiorrespiratoria en presencia de la médico del 061 y, aunque logra recuperarlo, llega sin vitales cerebrales a la UCI del Neurotraumatológico, donde ha estado 24 días. Muerto Nicanor, ya solo quedan su hermana Josefa, su cuñado Faustino, ancianos ya, y sus sobrinos María y Roque, serranos de nacimiento y vida, que ahora meditan qué será Roblehondo a partir de ahora.