Una mirada a los retos para dejar un mejor planeta

Monseñor Fernando Chica Arellano reflexiona desde la fe para curar la “casa común” y el laudato si del Papa

19 feb 2016 / 09:45 H.

Esta pregunta que nos hizo el Papa Francisco tendría que ser contestada por cada uno de nosotros: ¿Qué mundo queremos dejar a los que vienen detrás de nosotros, a los niños que nos sucederán?”. Con estas palabras, monseñor Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede ante los organismos de la Organización de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO, PAM e IFAD), introdujo su presentación del libro que acaba de publicar, “Loado seas, mi Señor”. La cita fue en el Auditorio Municipal, lugar al que asistieron cientos de vecinos, familiares y amigos que quisieron acompañar al sacerdote mengibareño en un acto tan especial.

El libro, publicado por la editorial Biblioteca de Autores Cristianos, es un comentario sobre la encíclica “Laudato si”, escrita por el Santo Padre en español y centrada en alertar sobre el cuidado del planeta. La intención del texto rubricado por monseñor Chica Arellano es que se comprenda mejor la encíclica, desgranando sus claves principales. “El Papa quiere entablar un diálogo con todos los que habitan este planeta, no simplemente con los católicos, sino con todas las personas de buena voluntad”, manifestó el mengibareño, que, parafraseando a Francisco, llamó a la Tierra “nuestro planeta, nuestra madre y nuestra hermana, la casa común”. “Es una hermana que nos acompaña, una madre que nos acoge”. “El Papa parte de este gran cimiento: el mundo en el que estamos, más que ser una herencia que vamos a legar a los que vienen detrás, es un préstamo que recibimos de los más jóvenes y que tenemos que devolvérselo a ellos, y no en peores condiciones de cuando nos lo dejaron, sino mucho mejor incluso de lo que ellos nos entregaron”, indicó Fernando Chica Arellano, que fue presentado por Antonio Barahona y acompañado por el alcalde, Juan Bravo, y los párrocos de la Ciudad de la Torre: Antonio Lara (de San Pedro Apóstol) y Raúl Contreras (de La Inmaculada).

Pero las reflexiones de Fernando Chica Arellano también se adentraron en otras esferas sociales. “Cuando internet deja de ser un instrumento y se vuelve un tirano que te aísla, sembramos unos vientos que darán tempestades nocivas y dañinas, porque la convivencia se está minando”, indicó. Al finalizar el acto, recibió un mapa antiguo de Mengíbar y la concejal de Cultura, Adela Pérez Alonso, homenajeó a la madre de monseñor.