Mata Bejid, el corazón verde de Mágina y baluarte andalusí

La aldea de Cambil que evoca los tiempos de la frontera de castellanos y nazaríes está circundada de una naturaleza espectacular

02 oct 2024 / 11:07 H.
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Los datos pueden mostrar que Mata Bejid es una aldea moribunda. El último censo disponible del Instituto Nacional de Estadística, el de 2023, muestra que había solo tres personas empadronadas, ocho menos que en 2022. A principio de este siglo, aunque nunca hubo muchos vecinos, se contaban 33. Sin embargo, aunque se despueble nada podrá borrar el valor histórico y medioambiental —hay un centro de interpretación vinculado con el parque natural— que atesora este rincón de Cambil, auténtico corazón verde de Sierra Mágina. Además de todo eso, la ubicación es privilegiada, a solo unos metros de la A-324, que una la A-4 con Huelma.

El diminuto núcleo se alza a prácticamente mil metros de altitud justo frente a la parte más elevada y agreste de Sierra Mágina. Las vistas son sencillamente espectaculares. Justo al lado hay una de las manchas —matas— más frondosas de esta zona de Jaén. De hecho, tal vez el nombre venga de ahí. Bejid, tiene unas claras connotaciones andalusíes. Es seguro que el origen está en la fortificación de Mata Bejid, valiosa en la época en la que esta túrdiga de tierra jiennense servía de frontera entre castellanos y nazaríes.

El lugar tiene una ubicación estratégica, por su altitud, la amplia zona que controla en derredor —en la transición entre las tierras granadinas y el valle del Guadalquivir— y la dotación más que suficiente de agua. Del otrora imponente castillo quedan unas ruinas que ilustran la relevancia que debió de tener en la Edad Media. Aunque el origen del baluarte fue andalusí —con perfeccionamiento almohade—, la factura actual data del siglo XV, cuando los cristianos, desde de centurias de alternancia, consolidaron el dominio. La toma por los Reyes Católicos de Cambil en 1485 cerró la dilatada época como tierra de nadie.

En la zona se asentaron gentes que aprovecharon el potencial de la arboleda para elaborar carbón. Además, se criaba ganado. El cortijo de Mata Bejid data de 1842. Después de tener otros propietarios, lo consiguió en 1914 el torero Ricardo Torres, “Bombita”. Igualmente, proliferó el cultivo del olivar. Cerca, hubo convento basilio, desmantelado en el siglo XIX.

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