Una compra ilegal deja en la calle a una mujer y sus hijos en Martos

“Perderé 60.000 euros de la herencia de mi padre que invertí en reformas”

15 oct 2022 / 17:56 H.
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Un contrato de compraventa de vivienda fraudulento tiene en jaque a María Jesús Criado, una vecina de Martos con dos menores a su cargo —de dieciséis y nueve años— que debe abandonar su casa tras reclamarla su verdadera dueña. “Le compramos la vivienda al tío de mi marido por 2.000 euros cuando no valía ni eso porque estaba en ruinas”, afirma.

Por eso, Criado llegó a invertir hasta 60.000 euros ya no en reformar la casa en la que vive desde 2018, sino en hacerla prácticamente de cero al encontrarse “inhabitable” en el momento en el que la adquirió. El dinero lo sacó de la herencia de su padre e incluso su madre le adelantó una parte para que iniciara las obras cuanto antes.

Cuál fue su sorpresa cuando, a mediados de enero, recibió la visita de una mujer que decía ser la propietaria del inmueble, situado en la calle Portillo. “Tenía la escritura de la vivienda”, reconoce Criado, que explica: “En este barrio las casas se compran como los coches de segunda mano, con un contrato de compraventa. Quizás haya cuatro viviendas con escritura y resulta que esta es una de ellas”.

La otra parte le brindó un plazo de tres meses para negociar y llegar a un acuerdo, tres meses que expiraron ayer, día en el que María Jesús debería haber abandonado la vivienda. “Me dijeron que la dueña iba a entrar a vivir el 14 de octubre y que, por lo tanto, debía dejar la casa”, explica sobre una circunstancia que, por el momento, no se ha producido. Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) le explicaron que sin orden judicial de lanzamiento nadie puede echarla del domicilio.

El quid de la cuestión está en que la propietaria recibirá una casa de revista cuando lo que Criado se encontró era verdaderamente una ruina. “Voy a perder el dinero de la herencia que invertí en la reforma”, indica, a la misma vez que pasa a enumerar algunas de las obras ejecutadas en el inmueble. “Son cuatro plantas de casa. La terraza, como es grande, decidimos adaptarla en lugar de instalar un tejado. Las habitaciones de los niños, los baños, la barra americana de la cocina, los apliques... En fin, casi 60.000 euros y lo que pretenden es que me vaya y deje todo como está, yo no recuperaría nada”, lamenta Criado, que añade: “Mi abogado le ha pedido a la otra parte que, al menos, pague la obra, pero dicen que no”.

Criado asegura sentirse estafada y, por supuesto, no se opone a abandonar la vivienda tras aparecer en escena su verdadera propietaria. “Si me tengo que ir me voy, pero que me paguen las mejoras. ¿Qué pasa con la herencia de mi padre? ¿La voy a perder? Busco alquileres, pero no encuentro y tampoco tengo donde ir con mis hijos”, alcanza a decir antes de ser embargada por la emoción que le provoca haber sido víctima de lo que considera una “injusticia” que, después de cuatro años, la tiene sin dormir y sin saber dónde acudir.

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