Un pregón cargado de emoción y sentir

Rosa Teba invita con su discurso a disfrutar de la “San Bartolomé”

12 ago 2019 / 11:16 H.

El teatro Maestro Álvarez Alonso acogió el pregón de la feria y fiestas de San Bartolomé 2019. La marteña Rosa Teba Pozo fue la encargada de declamar el discurso y María Ascensión Millán se encargó de presentarla. La banda municipal Maestro Soler puso la nota musical al acto que abre los días grandes de la ciudad.

Cuando caía la calurosa tarde del domingo se dieron cita numerosos amigos y curiosos para escuchar a Teba, una mujer muy activa en el ámbito cultural. Su sensibilidad, su alto nivel de sabiduría y su artística forma de expresarse la definen. De hecho, es socia del taller de escritura y lectura La Silla de Anea, en el que junto a Millán, participan y dejan muestra de su inconmensurable imaginación y su buen hacer literario. La oradora confesó a Diario JAÉN que la elección de Millán como su presentadora consistió en una decisión a “caballo ganador”.

En la presentación, Millán, también conocida por su círculo más cercano como “Chony”, ensalzó y describió a la pregonera como ella mejor sabe hacerlo, con una retórica bien cuidada y con expresiones literarias rotundas. Además, hizo una mención a los padres de Teba, quienes estarían muy orgullosos de poder ver a su hija en un momento como el de ayer.

Tras la introducción de Millán, entre el público se hizo un silencio solemne para escuchar a la pregonera, que, con paso lento pero contundente, subió al escenario y antes de empezar su discurso, se quedó unos instantes plasmada ante la audiencia que allí se congregó para oír lo que ella sabe bien hacer, expresar sus sentimientos, en esta ocasión, los que incumben a “cómo Martos le ha ido acompañando a lo largo de su vida”.

Rosa Teba, quien cuenta con bastante experiencia ante el público, habló con mucha emoción, patente en el brillo de sus ojos por los nervios del momento. No olvidó citar a grandes autores españoles, como Bécquer, de quien refirió su cita “Yo nada sé; he leído un poco, he sentido bastante y he pensado mucho, aunque no sé decir si bien o mal" para comenzar su declamación. Recurrió a Serrat para cerrar su discurso: “Vamos subiendo la cuesta, que arriba mi pueblo, se vistió de fiesta".

Cerca de media hora de pregón, dio para que Teba recordara su infancia en la calle Triana, donde se crio, en el barrio de la Cornacha, de gentes del campo, con calles de piedra, “horadadas por el ir y venir de animales de labor, y protagonizara una especie de viaje con sus ojos vueltos hacia el pasado” y lo que el tiempo dejó en ella.

La pregonera puntualizó que el pasado puede utilizarse como trampolín o para quedarse sentado en el sofá del cuarto de estar, a lo que ella apuesta siempre por lo primero. Además, hizo una mención a la antigua feria en la que había una dicotomía de clases, al existir la caseta de Artesanos y otra del Casino Primitivo, donde había que ir trajeado o con vestido de gala. Dijo que eso le producía desasosiego porque su conciencia social despertaba y concluyó que le gusta la feria niveladora e integradora, en la que puedes moverse y vestir con absoluta libertad.