La justicia da la razón al arquitecto que demandó al Ayuntamiento

El Consistorio apela la decisión del juez de no poder quitar 6 meses de sueldo y empleo al funcionario por desobecer a un superior

    11 ene 2020 / 12:22 H.
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    “No existe la falta disciplinaria grave, imputada y sancionada. Así, ha quedado acreditado que no se produce desobediencia alguna”. Con estas palabras el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 1 de Jaén da la razón a un arquitecto municipal que fue sancionado por el Ayuntamiento de Martos con una suspensión de sueldo y empleo por seis meses tras no cumplir la orden de un superior.

    Los hechos se remontan a noviembre de 2018, cuando el arquitecto municipal acudió a acompañando a otro técnico a una vivienda en la calle Huertas del casco histórico para valorar su estado y el posible peligro que podía suponer para los viandantes. Al saber esto, el concejal de Urbanismo se presentó en el lugar y realizó una “orden verbal, clara y directa” para que cesara la visita y regresara a su puesto con “expresiones y ademanes inapropiados”, pues no había sido enviado expresamente a la vivienda por orden de la Administración, sino que aceptó por una petición por correo electrónico del otro funcionario, arquitecto técnico. Hubo una discusión y el Ayuntamiento presentó la suspensión de sueldo y empleo por 6 meses. “Fue una medida absolutamente desproporcionada, injusta y desorbitada”, declara Alfonso Ramírez, letrado del arquitecto municipal. Por ello, acudieron a los tribunales y la justicia les dio la razón, dejando la suspensión sin efecto así como la sanción impuesta, con la imposición de costas a la Administración local.

    El fallo fue recientemente recurrido por el Ayuntamiento de Martos. Según el recurso presentado al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, muestran su desacuerdo con la sentencia, que no es firme. Tal como se refleja en las alegaciones, el arquitecto municipal “abandonó el puesto de trabajo pese a la claridad de las funciones que le correspondían al sancionado” y que “desobedeció y discutió la autoridad del concejal de Urbanismo, superior jerárquico, cuando este le ordenó que retornase a su puesto de trabajo”. Es más, hacen hincapié en que el arquitecto municipal “se encaró y gritó” al concejal cuando le ordenó que regresara a su puesto. “Para el Juzgado de Instancia esto solo sería calificado como una ‘discusión más o menos encendida’, pero es precisamente esa discusión la que subsume plenamente la conducta del arquitecto en el tipo infractor”, se recoge en la alegación.

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