La ilusión hecha realidad de conocer el norte de Marruecos

Francisco Salvador recibe de su familia un viaje a la tierra de uno de sus olivareros

12 ene 2020 / 11:53 H.
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Asus 87 años Francisco Salvador ha hecho realidad uno de sus grandes anhelos. Este vecino de Martos tenía, desde hace tiempo, un deseo. En la recolección de sus olivos trabajan magrebíes, residentes en la ciudad de la Peña. A raíz de sus conversaciones, el anciano escuchó las referencias nostálgicas a la realidad del norte de Marruecos. De esta manera, supo acerca de la gastronomía o el modo de vida en esa zona montañosa del norte de África. Incluso de la choza en la que uno de los obreros pasó la primera etapa de su vida.

La sorpresa llegó cuando las hijas de Francisco Salvador lo obsequiaron con un viaje de varios días por el país alauí. Partió con dos yernos, sus hijas Ana y Consuelo y sus nietas Irene y Laura Calabria. Después de hacer el trayecto por el estrecho de Gibraltar, con salida en el municipio gaditano de Algeciras, llegó a la ciudad autónoma de Ceuta y, desde ahí el grupo se adentró en Marruecos. Era un desplazamiento con guías y organizado hasta el más mínimo detalle. Aunque no se adentraron en el “Marruecos profundo” y rural, hicieron escala en lugares como Tánger, Tetuán, Arcila y Chauén. En el paquete turístico se incluía almuerzos típicos y visitas a lugares significativos como los zocos o los palacios reales.

Aunque no llegaron a la cabaña de la que le hablaba el temporero, la excursión de varios días permitió a Francisco Salvador hacerse una idea cabal de la realidad marroquí. Ana Salvador subraya que su padre quedó muy satisfecho con la experiencia. “Dice que lo que vio era similar a la España de la Guerra Civil y la posguerra, con mucha pobreza”, destaca. Esa miseria que se apreciaba le hizo entender por qué la gente es capaz de jugarse la vida en un intento de llegar a Europa en busca de un futuro mejor.

“Todo impresiona por la cultura y las tradiciones. Marruecos es un país precioso y el turismo está muy protegido allí”, resume Ana Salvador. La marteña destaca que la situación económica es todavía peor en las áreas rurales, sobre todo en la región montañosa del Rif, en la que el peso fundamental recae en la agricultura.

La zona del norte de Marruecos tiene fuertes relaciones históricas con España. En primer lugar por ser el lugar de destino de muchos de los mudéjares expulsados en el primer tercio del siglo XVII, que fundaron varias de las ciudades más conocidas de la zona. En segundo lugar, el área se encontraba dentro del protectorado, que duró entre 1912 y 1956. La huella andalusí y colonial permanece visible en muchos rincones de esta parte de África.

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