Aprender a través de la historia

El campamento “Supervivientes”, se realiza en la zona recreativa de Las Casillas

29 jul 2016 / 12:45 H.

Más de ochenta niños, de entre siete y doce años de edad, disfrutan de la segunda edición del campamento “Supervivientes”, que en esta ocasión convierte en un “oppidum” ibérico la zona recreativa de Las Casillas. El campamento fue bautizado como “Bora” en recuerdo a la ciudad ibérica que dio origen a la pedanía marteña. Sumando monitores, voluntarios y personal de cocina, participan del campamento intercultural ce+-rca de ciento cincuenta personas.

La cuestión es no parar. Los niños pasan una semana de vacaciones en Las Casillas con un programa intensivo de actividades, centrado en el deporte, la diversión y el aprendizaje de la cultura íbera. Jesús Castro, párroco de Fuensanta y director del campamento “Supervivientes”, cuenta como los niños se organizan en tribus con nombres que recuerdan a los antiguos pobladores de la península. Así están los Oretanos, Turdetanos, Edetanos, Vascones, Galaicos o Lusitanos; en cada uno de los cuales hay príncipes, que son los premonitores, y un rey, que representa el monitor de cada una de las “tribus”. “Es el primer paso para entrar en la ambientación y el tema que centra esta edición del campamento”, dijo Castro, al tiempo que recordó que esta es la segunda edición del campamento “Supervivientes”, que el año pasado se celebró en Fuensanta y que tuvo como tema principal las especies en peligro de extinción.

El motivo de centrar el campamento en el mundo íbero, dijo el coordinador del campamento Antonio Fúnes, es “porque en las proximidades de Las Casillas se asentó la antigua ciudad de Bora, que, además de dar nombre al río, fue muy importante hasta el punto de acuñar moneda propia”, además en el campamento también hay niños procedentes del norte de África “interesados en aprender de nuestros orígenes y cultura”, según manifestó Antonio Fúnes.

El campamento comenzó el pasado martes y desde entonces los niños no paran. Celebraron un encuentro con los vecinos mayores de Las Casillas, que les recordaron cómo se vivía el verano antiguamente en la pedanía. Desarrollaron talleres de cerámica, artesanía con esparto y elaboración de pan y jabón, impartidos por los vecinos de Las Casillas y en los que los campistas fueron rotando para participar en todos ellos. Disfrutaron de una excursión a Las Piedras de Cobo, para contemplar “in situ” los últimos vestigios de la civilización íbera en la zona, y se adentraron en su Historia con las explicaciones del profesor Teodoro Caño. Ayer realizaron una jornada de supervivencia en el Pantano del Víboras donde tuvieron que fabricar sus propias balsas, en una zona acotada y protegida del propio embalse, usando únicamente los medios del entorno y siguiendo las instrucciones de expertos monitores. Por las noches asisten a representaciones teatrales ambientadas en época la íbera y participan en diversos juegos.