Marmolejo reactiva el proyecto pendiente del centro termal

El Ayuntamiento busca financiar a través de la ITI los 3,2 millones que costaría

28 dic 2019 / 16:28 H.
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El Ayuntamiento de Marmolejo rescata un ambicioso proyecto que, según su alcalde, Manuel Lozano, no vendría sino a potenciar el turismo y, por lo tanto, a generar riqueza y trabajo en el municipio: la construcción de un centro termal junto a su balneario. Para lograrlo, los responsables municipales pretenden aprovechar el tren de la Inversión Territorial Integrada (ITI), dado que el desembolso económico que supondría llevar el proyecto a cabo no es baladí: la cifra se sitúa en torno a los 3,2 millones de euros. Ese es, al menos, el presupuesto que se calculó hace ahora cerca de una década, cuando, con el socialista Cristóbal Relaño en la Alcaldía, se impulsó la iniciativa. Entonces, llegaron a conseguirse unos 2 millones de euros para financiar el proyecto a través de la Asociación de Termalismo, la Junta de Andalucía y fondos europeos, e incluso se llegó a preadjudicar la gestión del servicio a una empresa; sin embargo, con la llegada al Gobierno de la coalición IU-PP en 2011, todo quedó aparcado. Es ahora, después de rehabilitar, hace un año y medio aproximadamente, el balneario, cuando el equipo de Gobierno presidido por Lozano decide retomar la iniciativa.

Los beneficios que para el municipio traería la construcción de este centro termal, según el alcalde marmolejeño, serían numerosos: “Ya no se trata sólo de que crearía empleo directo, sino que en el entorno natural idílico del balneario se encuentra su Centro de Interpretación, el jardín botánico con plantas autóctonas y exóticas y el bosque de 10 hectáreas que rodearía el nuevo centro. Todos esos atractivos generarían mucha riqueza para Marmolejo”, asegura. En este entorno “único” y vinculado a las célebres aguas mineromedicinales del municipio, ya hubo un pabellón de baño en 1930. La superficie en la que se erigirían las nuevas instalaciones tienen 4.800 metros cuadrados, de los que se ocuparían 1.300. Este solar se encuentra parcialmente edificado y frente al mismo se hallan unas naves que serían demolidas durante el proceso de construcción del centro termal.

En lo que a la estructura del edificio se refiere, este, tal y como se refleja en la memoria del proyecto, constaría de dos plantas sobre rasante, más una bajo rasante y acceso independiente. Las instalaciones se articularían en torno a tres módulos “de características formales diversas”, uno de acceso y cafetería, otro de vestuarios y tratamientos, y un último que acogería el espacio termal principal. Así, en el sótano se ubicarían las estancias de personal y almacenamiento, además de otras dependencias necesarias para el buen funcionamiento del servicio. En la primera planta, la principal, se hallaría, en primer lugar, el módulo de vestíbulo y cafetería, así como el acceso al círculo termal, “una pieza de dimensiones generosas que se abre al exterior buscando vinculaciones visuales y funcionales”, según se especifica en la memoria; de ahí se pasaría al módulo de vestuarios y tratamientos y, tras este, a la zona principal del balneario, además de a la de tratamientos estéticos y la destinada al público infantil. El recorrido llevaría posteriormente a un espacio “de grandes dimensiones y volumen” con una piscina termal y otra lúdica, que, a su vez, se abriría a “un gran paño acristalado que permite el contacto en todo momento con la naturaleza del entorno”. El último espacio albergaría pozas de agua y el vaporarium. Ya en la planta superior se ubicaría la zona de reposo, con la posibilidad de realizar tomas hidropínicas de aguas mineromedicinales y tratamientos con parafangos.

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