María Auxiliadora reina allá arriba de los 1.500 metros de altitud
Las aldeas más altas de Santiago-Pontones reviven una historia que las marca, la fiesta grande del cordero tras sus vivas a la Virgen en un marco incomparable

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Hay lugares en la provincia de Jaén donde llegar es casi tocar el cielo. Cuando se llega, es algo más, incluso, se podría afirmar con rotundidad que estamos ante las mismas puertas de ese mundo de sueños que habita nuestras cabezas día tras día. En total son una docena de vecinos quienes resisten el paso del tiempo y la modernidad y nunca han dejado sus raíces: El Patronato cuenta con cuatro vecinos fijos y la aldea de Don Domingo, ocho almas que nunca salieron de allí. Sin embargo, ayer, día de la Asunción de la Virgen multiplicaron sus moradores para acompañar a María Auxiliadora. Son dos aldeas que el municipio de Santiago-Pontones, las más altas de la provincia de Jaén, la antesala, con más de 1500 metros de altitud, de la mayor altiplanicie de España, los Campos de Hernán Pelea. Hasta allí, y para acompañar a los actuales habitantes, se trasladaron varios cientos de descendientes, gentes nacidas aquí, pero que por una causa u otra, emigraron, principalmente al levante español y nunca olvidarán sus raíces.
Eran las ocho y media de la mañana cuando la comitiva de costaleras y costaleros se abría paso desde las antiguas escuelas de El Patronato. Era el punto de partida de una procesión de cuatro horas y media, un encuentro de la Virgen que se ha vuelto anual tras décadas de olvido. De El Patronato a Don Domingo, paraje starlight de fama mundial, y allí, la Virgen reverenciaba cada vivienda habitada, con un posterior ágape para esa comitiva procesional kilométrica. Tras la última aldea de Santiago-Pontones, vuelta en andas de la Virgen, con costaleras y costaleros que se turnaban en todo momento, hasta llegar de nuevo a la aldea de El Patronato con visitas también a las casas habitadas, algunas por nuevos moradores. Más reverencias del paso y ágapes de las familias donde paraba María Auxiliadora hasta que a las una se oficiaba la misa con posterior refrigerio popular de sangría con cordero para todos los asistentes.
“Soy de Murcia, vivo en Torre Pacheco. Me casé con Jesús Punzano Valle, que es de El Patronato. Volvemos siempre y que la Virgen nos permita volver más”, manifestó Dora Galindo. Pedro Jiménez recuerda sus cincuenta años como ganadero y haciendo trashumancia. “Tengo 80 años y hacía tiempo que no venía la Virgen. Ahora sí y es muy bonito, vaya que sí. He trabajado como camionero y en el sector industrial”, compartió Juan Francisco López. Para Sacramento Aguilera, era su primera vez en la procesión de El Patronato y Don Domingo y le pareció muy bien: “Hacía años que no veía una fiesta tan familiar como esta”. “Soy de El Patronato y vivo en Mazarrón. Yo he segado estas tierras que antes se sembraban y fui de los primeros que saqué a la Virgen en los años setenta”, expuso Andrés Quesada. “Nuestros abuelos y madre son de aquí. Vivimos en Alicante y volvemos siempre a las fiestas porque nos lo inculcaron desde que los dos éramos pequeños”, aseguró Adrián y Marta García. Ernesto Ángel Jiménez es nacido y criado en el enclave: “Vivo a caballo entre El Patronato y Arquillos y fue en el año 69 cuando se compró la imagen entre todos para las fiestas de agosto”.