Las encajeras de bolillos toman las calles de la ciudad

Un grupo de mujeres muestra su trabajo en pleno centro de Mancha Real

10 jun 2019 / 16:56 H.

Las tradiciones resurgen en Mancha Real con más fuerza que nunca, porque el pasado es parte de la historia, el trabajo del ayer es el fruto del hoy. Por ello, es muy importante conocer nuestra historia y costumbres y velar porque no se pierdan y se perpetúen.

Si en Mancha Real se recuperaron la moniduras, canciocillas de tema religioso que sirven como aviso de la fiesta que está por venir; se mantienen las Fallas como parte importante del patrimonio del municipio, desde hace unos años también se hace hincapié en mostrar cómo eran los trabajos de nuestros antepasados. Unas labores tan delicadas y difíciles como lo es el encaje de bolillos. Es por ello que, desde la concejalía de Igualdad, se lleva recuperando y fomentando durante tres años. En mayo de 2015, comenzaba un grupo reducido de mancharrealeñas a tomar clases para aprender esta técnica textil que nunca pasa de moda. Catalina Morales Pérez, de forma altruista, las ayudó en su aprendizaje y aún sigue haciéndolo a día de hoy para que no se pierda esta bella forma de convertir los hilos en maravillosas piezas de artesanía.

La calle maestra del municipio acogió la tercera exposición de bolillos, donde alrededor de 20 encajeras expusieron sus trabajos. Ese dulce soniquete que se produce al chocar los bolillos y que hace retroceder al pasado atrajo a multitud de curiosos. Bolsos, monederos, abanicos, pulseras, rosarios, collares, toallas, baberos, pañuelos para las novias y un sinfín de objetos que con tanto cariño, dedicación y sobre todo paciencia realizaron estas mancharrealeñas.

“No queremos que esta bella tradición se pierda, con este encuentro queremos enseñar cómo se hace, por si hay gente que quiera empezar a aprender y continuar con el encaje de bolillos”, expresó la profesora, Catalina Morales.

Las encajeras hicieron una demostración en vivo de todo el trabajo que hay detrás de cada pieza, desde la más pequeña, como pueda ser una pulsera, hasta la más complicada, un abanico. Las encajeras, de entre los 35 y los 80 años de edad, se pusieron manos a la obra para mostrar esta bonita tradición que cada vez cuenta con más adeptas y que como en muchos casos ellas, explican, les sirve para relajarse del estrés diario.

La concejal de Igualdad, Ana María Moreno, explicó que, desde que se puso en marcha el taller de bolillos, ha ido creciendo el número de participantes cada año, lo que hizo posible que las encajeras participaran en distintos encuentros nacionales celebrados en Puente Genil y Granada, donde Mancha Real tuvo su pequeña representación y que también las llevará próximamente al encuentro nacional que se celebrará en el municipio jiennense de Úbeda.