Lucía, la bebé rural que prefirió nacer en el comedor de casa

África Montávez da a luz en su domicilio, en Huelma, al tercero de sus retoños

25 feb 2020 / 16:27 H.
Ver comentarios

Se llama Lucía, su sangre es huelmense y llegó al mundo con ganas de comérselo. Fue a primera hora de la mañana de ayer y sin que sus padres, Antonio Movilla y África Montávez, lo esperaran. “Me desperté sobre las seis de la mañana con fuertes dolores. No podía seguir en la cama, así que me levanté”, explica a Diario JAÉN la madre, que cuenta que comenzó su rutina diaria sin dar más importancia a aquellas molestias: “Preparé la ropa de mis otros dos hijos, bajé al comedor con mi marido y fue allí donde rompí aguas. Cuando me di cuenta, la niña ya había nacido”. Así, “de sopetón”. La pequeña Lucía, deseosa de brindar a sus papás sus primeros llantos, vio por primera vez la luz lejos de las frías paredes de un hospital y protegida por el calor del mismo hogar de Sierra Mágina que la verá crecer a partir de ahora.

Montávez confiesa que lo primero que sintieron tanto a ella como a su marido fue temor: “No sabíamos si la niña iba a estar bien”, asegura, a pesar de lo cual supo estar a la altura de las circunstancias: “Cogí al bebé, le puse una manta y me quedé con ella de pie hasta que llegó la ambulancia del centro de salud”. Aquello no fue hasta aproximadamente media hora más tarde, según cuenta Movilla: “Una vez allí, se quedaron sorprendidos y sin saber muy bien qué podían hacer porque no tenían los medios necesarios para atender un parto. Lo único que pudieron hacer fue cortar el cordón umbilical y llevarnos rápidamente hasta el hospital”. Allí, en la habitación 708 del Materno-Infantil de la capital de la provincia, descansa ahora esta familia huelmense. La salud de la niña, perfecta: “Pesó 2,84 kilos”, señala la madre, que añade que ambas se encuentran “muy bien”. Ello queda bastante claro incluso hablando con Montávez por teléfono: los ensordecedores llantos de la pequeña Lucía solapan las palabras de su progenitora. La pequeña, sin duda, nació con una garganta y unos pulmones privilegiados, y, sobre todo, con ganas de dar guerra.

A pesar del final feliz de la historia, en las voces de este joven matrimonio huelmense —ella tiene 24 años y él, 27— aún se nota un eco de la tensión vivida. “El susto no nos lo quita nadie, está claro, pero es verdad que después de decirte los médicos que tu mujer y tu hija están bien, la alegría es muy grande”, manifiesta Movilla.

Ahora, hasta que las dos campeonas reciban el alta, la 708 del Materno-Infantil no deja de recibir visitas de amigos y familiares ansiosos por ver a Lucía y por dar la enhorabuena a los felices padres de la criatura, pero también por conocer al dedillo la historia de cómo esta niña vino al mundo. “Cuando tenga uso de razón habrá que contárselo también a ella”, comenta, entre risas, su padre. Y es que, sin duda, esta anécdota tiene ya un lugar privilegiado en la memoria familiar de los Movilla Montávez.

Provincia