Lucía, la bebé impaciente que nació en plena carretera

La madre da a luz a la niña en su coche tras partir de Castillo de Locubín

12 mar 2021 / 13:33 H.
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Como cada día a las seis de la mañana desde hace cuatro años, Javier López, vecino de Castillo de Locubín de 35 años, apagó su despertador. Por delante le esperaba una intensa jornada laboral en la firma Diseños NT, de Santa Ana (Alcalá la Real). Desde que estalló la pandemia de coronavirus no les ha faltado el trabajo, al contrario, se multiplicó en lo que a fabricación de mascarillas se refiere hasta el punto de que su producción llegó a alcanzar casi las 300.000 mascarillas diarias. No obstante, el destino le tenía deparado tanto a Javier como a su mujer, Mari Nieves Molina, un inesperado giro de guion. Mari Nieves, de 33 años y embarazada del segundo hijo de la pareja, una niña, se despertó con contracciones muy seguidas, algo que resultó extraño a ambos, pues hasta el próximo día 29, esto es, hasta dentro de unas tres semanas, la futura mamá por dos veces aún no salía, en teoría, de cuentas.

“A las siete nos hemos subido en el coche para ir al hospital, pero no habíamos salido de la cochera cuando Mari Nieves ya había roto aguas”, explica Javier a este periódico. Tembloroso por los nervios, el castillero pisó el acelerador y puso rumbo al Hospital de Alta Resolución de Alcaudete, pero el matrimonio pronto terminó por confirmar que su hija tenía mucha prisa por llegar al mundo. “En Ventas del Carrizal la niña ya estaba con la cabeza fuera”, cuenta Javier, quien detuvo el vehículo en una explanada junto a la travesía de la N-432 y, presto, marcó el 112 en el teléfono móvil. Para entonces Mari Nieves ya había dado a luz a su pequeña. “La verdad es que no sabía qué hacer. Mi mujer, en cambio, ha estado mucho más tranquila, no se ha puesto nerviosa en ningún momento”. Como la ambulancia tardaba en llegar, una vecina ayudó a la pareja prestándole unas mantas. También un trabajador de una autoescuela paró su vehículo al ver la escena para echar una mano y volver a llamar al servicio de Emergencias 112. “Decían que la ambulancia ya venía de camino, pero ha llegado antes la Guardia Civil y los agentes nos han dicho que les siguiéramos con el coche hasta el Hospital de Alcaudete”, indica Javier.

Pasado el susto y ya en el hospital, el papá aún trataba de asimilar esta frenética historia con final feliz: “La niña está bien, tiene que estar 48 horas en observación porque dio positivo en estreptococo, pero no hay problema, y la madre también está genial, no le han tenido que dar puntos ni nada”. Javier, además, dice que el más contento de la familia tras el nacimiento del bebé es su hermano, de nombre Javier, como el padre, y de tan sólo tres años y medio. “Él nos preguntaba todos los días cuándo nacía su hermana. Antes de irse para la escuela su abuela le ha dicho lo que ha pasado esta mañana —por ayer— y se ha puesto muy contento”.

Si la llegada de Lucía —el nombre escogido para la niña— ha supuesto una alegría inmensa para los López Molina, que ya tienen a su “parejita”, las circunstancias de su nacimiento convertirán, además, su llegada al mundo en un relato que, de seguro, su familia contará de generación en generación.

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