Lucha “latente” para vigilar la promesa del vado de Campillo

Campillo del Río, anejo de Torreblascopedro, tiene menos de setecientos vecinos censados y Torrequebradilla, uno de los núcleos de población de Villatorres, algo más de trescientos. Poca gente puede parecer, pero, a tenor del más reciente logro de estas dos pequeñas poblaciones, a las administraciones públicas les parecieron una legión, sobre todo, a la Diputación. Tras más de veinte años de protestas, una plataforma vecinal, movida por el lema “Puente Ya”, logró lo que parecía imposible, una solución para la “prehistórica” pasarela que salva el Guadalquivir y que comunica a los de Torrequebradilla y Campillo del Río. Recientemente, la Administración provincial licitó el proyecto, una obra de 1,5 millones de euros que es, por fin, un puente, algo que se creyó que no era necesario al autorizarse la obra en 1974. “La plataforma se desactivó en el pleno en el que vimos que se liberaba una partida económica (la última de ellas aprobada en abril de 2016). A partir de ahí, comenzamos a creerlo”, explica Francisco Jesús Carretero García, uno de los portavoces de este grupo vecinal, que contó con el firme apoyo de los ayuntamientos de Villatorres y Torreblascopedro y que logró que, en una manifestación en la capital jiennense, hubiera más de un millar de personas. Además, reunieron ocho mil firmas para reclamar la obra. Pocos rechazos obtenía su petición a los ciudadanos para que estamparan su firma por algo “lógico”.

La movilización, como explica el vecino de Campillo del Río, que trabaja en Villatorres, sufridor directo del vado, está “apagada” actualmente, como es lógico. “Nos mantenemos informados a través del diputado provincial de IU (Miguel García, de Villatorres) y los dos gobiernos locales. Nos dan buenas perspectivas, la gente está optimista, no tenemos por qué desconfiar. Los plazos pueden alargarse, porque es una obra importante, pero nos dicen que, para el próximo 2017, está terminado”, reflexiona este vecino.

Al echar la vista atrás, los afectados por la carencia de esta infraestructura básica se reafirman en una de las demandas que siempre defendieron: una obra necesaria no puede esperar a que se aclare un conflicto de competencias. Y es que, al no quedar claro si el vado era de la Confederación o la Diputación, ni una ni otra quisieron hacerse cargo de la construcción de uno nuevo. “Los ciudadanos depositamos la confianza en los políticos y no entendemos de conflictos de competencias”, deja claro. Sobre el hecho de que finalmente la Administración provincial se haga cargo de los trabajos, aunque tenga la idea de reclamar a la Confederación, afirma: “Insistimos con la Diputación porque, al fin y al cabo, es el ayuntamiento de ayuntamientos, es más cercana y, además, sabemos que, anteriormente, ya había hecho obras en el vado. En cuanto a la Confederación, la sensación que tenemos es que no sirve nada más que para cobrar a las comunidades. Son opacos”.

Mientras llega el puente nuevo, que salió a licitación recientemente por 1,5 millones de euros, estos ciudadanos esperan que, como hasta ahora, no haya sustos por una crecida del Guadalquivir.